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Crítica: "Irati", por Paco España

Se conoce como la selva de Irati a una de las masas boscosas que existen actualmente en Europa, situada en la comunidad foral de Navarra, y, además, es el nombre que se asignan a muchas niñas nacidas en la zona. Precisamente, ambos elementos tienen su importancia en esta película, el lugar donde se desarrolla y el nombre de uno de los personajes más importante de la historia. Irati es la segunda película larga, tras Errementari (El herrero y el diablo), del director vitoriano Paul Urkijo, siempre interesante y con una amplia trayectoria en el cortometraje, casi siempre dentro del género fantástico medieval, con trabajos de una enorme calidad visual como es el caso de El bosque negro y el impresionante y multipremiado Dar-Dar, que está disponible en Filmin.


Nos sitúa en el siglo VIII en los bosques aledaños a los montes Pirineos. Ante el avance de las tropas invasoras de Carlomagno, los señores de los valles luchan por conservar su territorio, mientras el cristianismo avanza en la zona a pesar de la fuerza de las creencias paganas. En este contexto nos encontramos con Eneko, un niño que es hijo del señor del valle y que tiene que huir tras ser asesinado su padre en la guerra. Regresa ya de adulto para recuperar el cadáver de su padre, para lo que necesita la ayuda de Irati, una atractiva joven de la zona cuyo origen no está muy alejado de las criaturas mitológicas que viven el río. La película no tiene nada que envidiar con las mejores producciones americanas que se desarrollan en épocas similares. Las creaciones digitales que tiene esta producción vasca no son comparables a las que puede desarrollan una producción hollywoodiense, pero en credibilidad, dentro del género fantástico, supera ampliamente a éstas.


El protagonista está encarnado por el actor Eneko Sagardoy, catapultado por Handia, la película del grupo de directores de Moriarti Produkzioak -Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga-. El reparto lo completa un numeroso número de actores y actrices vascos de mucha calidad como Nagore Aramburu (Loreak), Itziar Ituño (Campanadas a muerto), Ramón Agirre (Aupa Etxebeste!)... incluso vemos a Karlos Arguiñano en un pequeño papel, contando además con la joven debutante Edurne Azkarate como Irati. Nos encontramos ante una película de género fantástico, un proyecto muy complicado de llevar a cabo y que lo hace sin desmerecer de otros títulos con muchos más medios. Es conveniente, aunque sea difícil, ver la película en su lengua original, euskera.