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Crítica: "Venus", por Paco España

Jaume Balagueró tiene la etiqueta de ser el director español más solvente y con mayores reconocimientos y premios del cine español en su vertiente fantástica y de terror. Suyas son las cuatro entregas de la saga REC -las tres primeras junto a Paco Plaza-, además de Los sin nombre, Darkness o Frágiles, aunque en su anterior título se despojaba de este género para hacer una película de robos muy sólida, al más puro estilo de Hollywood -precisamente durante el Mundial de Sudáfrica que ganara la selección española-, Way Down. Tras este título y dos incursiones televisivas para readaptar dos episodios de la legendaria serie de Chicho Ibáñez Serrador Historias para no dormir, nos llega Venus, película que adopta los cánones de las típicas heroínas de este género.


Se trata de la joven Lucía, interpretada por Ester Expósito (Rainbow), que trabaja en un club de baile striptease y decide apropiarse de una bolsa repleta de anfetaminas, de las que trapichean en el local que trabaja, para venderlas y poder dejarlo. Por supuesto, eso no es del agrado de los propietarios de la droga robada y salen en su busca hasta que descubren que se esconde en una torre de viviendas de nombre Venus. En esta torre reside un grupo de mujeres, encabezadas por la magnífica Magüi Mira (Un mundo normal), que son unas brujas, pero no como las que viven en cualquier comunidad que todos conocemos, estas son de verdad, a las que se tiene que enfrentar Lucía para proteger a Alba, su sobrina, y por ello es golpeada, machacada, agujereada... pero, como toda buena heroína del género, sigue en pie aunque tenga que reparar su vientre abierto con una grapadora y cinta americana. Es fácil suponer que, con un argumento de este tipo, hay sangre a borbotones, especialmente cuando los perseguidores de Lucía llegan a la torre.


Es muy probable que este título sea del agrado de los amantes del género ya que cumple con las reglas preestablecidas, cuenta con unas interpretaciones y unos efectos especiales de calidad y transita terrenos conocidos, con el actor Fernando Valdivielso (No matarás) que borda este tipo de personajes de malo malísimo con una pizca de humanidad. A mí, que no estoy interesado especialmente en este tipo de películas, me aburrió bastante. Aunque está bien hecha, cuenta cosas mil veces vistas antes que no me despiertan el más mínimo interés y se encuentra muy alejada del título que este director catalán dirigiera en 2011, con Luis Tosar y Marta Etura, que se titulaba Mientras duermes, ésta sí, innovadora, inquietante y magnífica película.