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Crítica: "Historias para no contar", por Paco España

La casualidad ha hecho que, en un plazo de 14 horas, haya visto dos películas que se organizan de la misma manera (en cinco historias románticas independientes): una es Historias para no contar, que se ha estrenado en cines; y la otra es Lugares a los que nunca hemos ido, de Roberto Pérez Toledo, que se encuentra en Filmin. Comenzando por la de Cesc Gay, estamos, una vez más, ante el buen hacer de este director barcelonés cuya obra no se suele centrar en la comedia, aunque ya demostró con su anterior trabajo, Sentimental, que sabe como hacerlo de manera eficaz. También es responsable de la multipremiada Truman, además de las interesantes En la ciudad, Ficción o Una pistola en cada mano, película ésta que también se estructura en historias independientes como ocurre con Historias para no contar.


Este tipo de películas, que es como ver una sesión de cortometrajes de veinte minutos, se caracterizan por la irregularidad, ya que es muy difícil mantener el mismo nivel en todas las historias. En este caso, se aprecia esa diferencia entre unas y otras, aunque se mantiene en todas a un buen nivel y cuenta con un impresionante plantel de actores y actrices de primera fila como son Antonio de la Torre, Nora Navas, Maribel Verdú, María León, José Coronado, Anna Castillo, Chino Darín, Javier Rey, Javier Cámara, Verónica Echegui, Quim Gutiérrez, Álex Brendemülh, Alexandra Jiménez o Brays Efe.


Las cincos historias están respaldadas por cinco buenos guiones que construyen cincos interesantes comedias románticas. Conectar más con una historia que con otra depende del gusto personal y la empatía hacia uno u otro personaje. No se puede contar nada sin desvelar sus claves, pero me divirtió mucho la historia protagonizada por Anna Castillo y, en cierta medida, también la interpretada por Maribel Verdú. La historia que protagoniza Antonio de la Torre me pareció la más interesante, sugiriendo una controvertida disyuntiva moral, algo parecido a lo que ocurre en la de Verónica Echegui y Quim Gutiérrez. La que protagoniza José Coronado es la más plana y la que menos sustancia tiene de las cinco, aunque en líneas generales es una película que te hace pasar unos cuantos ratos muy agradables y deja una agradable sabor.