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Crítica: "Vasil", por Paco España

Vasil supone el debut en la dirección de un largometraje de toda una veterana, Avelina Prat, que posee una dilatada carrera, con casi 20 años en la profesión, siendo script y directora de continuidad de directores tan importantes como, entre otros, Fernando Trueba, Cesc Gay, Manuel Martín Cuenca o Arantxa Echevarría, y de tener en su haber seis cortometrajes, por lo que no podemos decir que es alguien que empieza, ni mucho menos. Sus años en la profesión también le han aportado contactos con profesionales de calidad que ha conseguido atraer hacia su primer proyecto largo, tal es el caso de Santago Racaj en la fotografía, además de un reparto de muchísima calidad, en el que nos encontramos a Karra Elejalde (La vida padre), Susi Sánchez (Cinco lobitos), Alexandra Jiménez (Las distancias), la británica Sue Flack (El bar) y el protagonista, el estupendo actor búlgaro Ivan Barnev, al que ya pudimos ver al frente del reparto en Yo serví al Rey de Inglaterra, del maestro del cine checo Jiri Menzel.


Vasil cuenta una historia autobiográfica que le ocurrió al propio padre de la directora, cuando la telefoneó para decirle que una persona búlgara estaba viviendo en su piso mientras encontraba algo mejor. El papel de la directora está interpretado por Alexandra Jiménez y lo más interesante, en cuanto al equipo actoral, lo encontramos en el trabajo de Karra Elejalde con un personaje completamente alejado de los papeles cómicos en los que estamos acostumbrados a verle últimamente. En este caso, se trata de un hombre hosco, antipático e intransigente, aunque con la bondad suficiente como para dejar que un desconocido ocupe su sofá por un tiempo indeterminado.


Podemos ver la calidad de este actor vitoriano en papeles dramáticos, algo que ya pudimos constatar en sus tiempos anteriores a Airbag, de Juanma Bajo Ulloa, título éste que le llevó a los derroteros de la comedia. Vasil es una propuesta sencilla y clara. Nos quiere proponer la idea de cómo un desconocido, procedente de un lugar alejado, de una cultura diferente, puede llegar a nuestras vidas y hacernos cambiar planteamientos vitales que permanecerán con nosotros toda nuestra vida, eso si permitimos que un extraño entre en ellas, que no es nada fácil. Es impresionante el magnético trabajo de Ivan Barnev, un sencillo y modesto genio que cambia las vidas de los que están alrededor. Una película que concreta muy bien el mensaje que quiere transmitir y lo hace generando buenas vibraciones y un momento muy agradable en su visionado, aunque la situación social que representa sea dura y complicada.