En la 67ª Semana Internacional de Cine de Valladolid, que se está celebrando del 22 al 29 de octubre, ayer martes 25, en el Teatro Calderón y en el marco del Día del Cine Español, el cineasta cántabro Manuel Gutiérrez Aragón recibió una Espiga de Honor, al igual que se les entregó, como referentes de la cinematografía patria, a la actriz Victoria Abril, al productor Andrés Vicente Gómez y al también director Fernando Colomo.
Los cuatro, de los que tres (Gutiérrez Aragón, Gómez y Colomo) participaron en un encuentro con el público como figuras fundamentales en la cinematografía nacional apareciendo en los créditos de películas emblemáticas, recibieron el homenaje y el reconocimiento del Festival por las imprescindibles páginas que han escrito en la historia del cine español bajo el aplauso individual brindado por el público, que se ha intensificado sobremanera cuando los cuatro posaron juntos sobre el escenario.
Los tres coincidieron en defender la importancia de un cine hecho con medios para ser 'independiente de verdad', algo que consideran que, en los últimos años, ha ido disminuyendo en una industria copada por las plataformas y la televisión. Según reflexionaba Gutiérrez Aragón, que defendía la búsqueda del 'rigor', 'no es que el cine se haya democratizado, es que se han abaratado los costes'. En palabras del propio director torrelaveguense sobre su ópera prima, 'hoy no se podría hacer Habla, mudita'.
Gutiérrez Aragón fue el primero de los homenajeados en recibir el galardón honorífico en la Gala del Día de España, un reconocimiento que le fue entregado por el distribuidor Enrique González Macho y el escritor Manuel Vicent. El realizador cántabro, hoy consagrado a la literatura, se llevó una ovación después de que Vicent subrayara que a él le debemos 'algunas de las mejores películas del cine español' y que González Macho elogiase su filmografía como toda una enciclopedia' de la historia de España.
El homenajeado manifestó 'cierta nostalgia' al recibir la Espiga de Honor de la Seminci en una ciudad en la que, según recordó a modo anecdótico, su serie sobre El Quijote pasó una prueba de fuego con el público viendo su trabajo durante cinco horas y cuarenta y cinco minutos sin moverse. También, feliz por recogerla de manos de dos personas que representan al cine y la literatura, 'lo que más me gusta del mundo'. Según aseguró en el encuentro, 'uno puede dejar de hacer películas, pero no de ser cineasta'.
El cineasta y novelista Manuel Gutiérrez Aragón filma una de las trayectorias más completas con títulos como Habla, mudita (1973), El corazón del bosque (1979) y Demonios en el jardín (1982). Primer cineasta en presidir la SGAE, Gutiérrez Aragón, que ocupa en la actualidad el sillón F de la RAE, firmó una adaptación televisiva de la primera parte del Quijote (1991), que tuvo continuación en el film El caballero don Quijote. En 1997, obtuvo la Espiga de Plata por Cosas que dejé en La Habana.