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Crítica: "Hollyblood", por Paco España

Hollyblood es una parodia española de la famosa trilogía vampírico estudiantil norteamericana Crepúsculo, que tanto éxito cosecho entre pre y adolescentes y elevó al Olimpo de la interpretación a sus dos protagonistas, Kristen Stewart y Robert Pattinsson, con todo el merecimiento ya que éstos han demostrado encontrarse entre los mejores de la actualidad. Ahora llega esta parodia española arrastrando prejuicios y malos augurios. Tengo la fortuna de conocer personalmente al director -también productor y guionista-, Jesús Font, ya que viene con frecuencia a Cantabria, a la Escuela de Cine & Televisión que dirige Javier Cifrián en el Sardinero. A pesar de todos estos prejuicios, una persona como Jesús Font, con su talento, inteligencia, oficio y veteranía, no puede entregar un subproducto al estilo de todas las comedias sin fuste que han llegado este verano a las pantallas de cine españolas. Por eso me decidí a verla al estar en Netflix. Sólo la primera secuencia, preámbulo de la película, tiene mucho más cine que películas completas que me he tenido que tragar recientemente sin anestesia ni nada.


En esa primera secuencia, ya vemos la elegancia de los planos y el cuidado en la elección de las localizaciones, llevándonos a un maravilloso lugar que acoge una piscina, que en principio no vemos ya que la cámara se sitúa al nivel del agua, proponiendo inquietantes planos contrapicados. No nos damos cuenta de la presencia del líquido elemento hasta que uno de los personajes es empujado y cae en su interior. Ya sabemos entonces que el bullying y el acoso escolar va a tener su importancia en la historia. Como ejercicio de estilo, precisamente en ese momento, vemos el cuerpo del personaje flotando en la piscina boca abajo, con una cámara situada debajo del cuerpo, dejándonos ver y oír a los personajes de los acosadores que están al borde de la piscina en un claro homenaje a la película de Billy Wilder El crepúsculo de los dioses. En la primera secuencia de esta película vemos el cuerpo del William Holden flotando en la piscina, mientras los fotógrafos y policías hacen su trabajo en el borde de la misma. Una verdadera demostración de estilo y declaración de principios. A partir de ahí, la película se desarrolla entre enredos y equívocos estudiantiles que buscan las dos cosas más importantes de las edad adolescente, y de cualquier edad: ligar y buscar poder tribal.


Todo ello con un guion lleno de situaciones con gracia y notable ironía, como la de la película que ven los personajes, que da título a la película de que estamos hablando, en la que todos los personajes aparecen con el torso desnudo, sin otro objetivo que el evidente. En muy poquitas ocasiones se cae en el exceso, lo cual agradecí ya que su visionado me hizo pasar un rato realmente agradable y divertido. El reparto está encabezado por Oscar Casas, el segundo de la saga, actor con un notable tirón comercial, aunque su trabajo, sobre todo de voz, es más que cuestionable. El joven Carlos Suárez, incorporando a un joven Van Helsing 'cazavampiros' al frente de la web 'Méteme la estaca', resulta realmente gracioso. Al grupo de actores jóvenes, entre los que se encuentran los correctos Isa Montalbán, Piero Méndez y Lara Boedo, se añade el veterano Jordi Sánchez (La que se avecina), un excelente actor dramático que ha encontrado en este registro cómico un filón que explota con intensidad. En definitiva, Hollyblood ha sido la agradable sorpresa del verano con unas cifras de visionado en la plataforma muy notables.