En un momento crucial para el sector, tras la reciente aprobación de la Ley General de Comunicación Audiovisual y la actual elaboración de la nueva la Ley del Cine y la Cultura Audiovisual, Santander ha albergado, desde el jueves 23 hasta ayer sábado 25 de junio, el Congreso CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales) 2022, cita en la que, por una parte, se ha presentado el Informe CIMA y, por otra, la Carta de Cantabria.
En su tercera y última jornada, como colofón a todas las mesas redondas en las que se reflexionó y analizó sobre la implementación de medidas necesarias para lograr la igualdad efectiva, se presentó la Carta de Cantabria, documento en el que se recogen las conclusiones de estos tres días de trabajo y las medidas que piden que se tomen tras estas jornadas de reflexión en la capital cántabra, algunas de ellas, por ejemplo, las que se mencionan a continuación.
Que el 50 % de la dotación de las ayudas públicas sea para proyectos liderados por mujeres. También transparencia en los sueldos y condiciones de contratación. Además, reabrir las líneas de ayudas al desarrollo en las subvenciones estatales. Igualmente, que se incrementen las cuotas de pantalla de cine europeo para aumentar las posibilidades de exhibición de las películas de mujeres, y respeto a la autoría de las responsables técnico-creativas.
Que la futura Ley del Cine y la Cultura Audiovisual incorpore un decidido apoyo a las actrices, aplicando medidas de acción positiva para revertir la desigualdad de los elencos, ajustándose a la realidad social. Implantar políticas de alfabetización audiovisual a largo plazo para educar la mirada y mejorar los sistemas de control sobre posibles prácticas fraudulentas en la aplicación de las medidas para la promoción de las mujeres en las ayudas públicas.
Al texto de la Carta de Cantabria se llega desde la radiografía que recoge el Informe CIMA 2021, referente anual sobre datos de igualdad que se elabora en el sector y que se presentó en el segundo día del Congreso. Como epicentro, las mujeres han representado en 2021 un 32% del total de profesionales frente a un 68% de los hombres. Estos porcentajes describen al sector cinematográfico de los largometrajes como un ámbito masculinizado. En 2020 el porcentaje era del 33%.
En una comparativa histórica, ya que éste es el séptimo informe anual que elabora CIMA, se ve que ha habido un crecimiento de seis puntos porcentuales, pasando de un 26% en 2015 a un 32% en 2021. Sin embargo, este porcentaje incluye la alta representatividad de mujeres en Vestuario, Maquillaje y Peluquería, Dirección de Arte y Dirección de Producción. En otros apartados, como Dirección, Música o Fotografía los porcentajes son del 21%, 12% y 16%, respectivamente, lejos del 32%.
Por otra parte, los costes medios de las películas dirigidas por mujeres son la mitad que los de las dirigidas por hombres, aunque las medidas de apoyo a la promoción de las mujeres en la concesión de ayudas estatales -generales y selectivas- están funcionando y favorecen la puesta en marcha de películas con autoras y técnicas en una proporción mayor. Se constata un aumento progresivo de representatividad de títulos liderados por mujeres en ambas líneas de ayudas.
Se han estudiado 14 líneas de ayuda para producción y/o desarrollo de largometrajes promovidas desde 12 CCAA. El 67% de ellas incorporan baremos para el fomento de la igualdad, puntuando de diferente manera su participación, frente a un 33% que no los incluyen. En las CCAA donde sí se incluyen baremos de igualdad, el porcentaje de mujeres que reciben ayudas y lideran largometrajes es mayor, lo mismo que las medias de los costes de las películas y de las ayudas recibidas.
Las cadenas generalistas como agentes de financiación cinematográfica: el porcentaje de apoyo por parte de RTVE a títulos liderados por mujeres es constante y creciente a lo largo de los años estudiados, aunque continúa sin cumplir los criterios equitativos marcados en la Ley Orgánica de Igualdad. Telecinco Cinema y Atresmedia Cine, en los siete años estudiados, suman un porcentaje de apoyo al liderazgo de mujeres de un 7% y un 9% respectivamente, casi anecdótico.