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Crítica: "Sedimentos", por Paco España

En la última entrega de los Feroz de enero, el documental Sedimentos se hizo con un premio muy especial por su nombre evocador, el especial Arrebato de No Ficción en referencia a la icónica película de 1979 del desaparecido director y cartelista Iván Zulueta. Sedimentos, que en próximas fechas estará disponible en Filmin, pone la cámara en el interior de un grupo de seis mujeres transgénero de Barcelona que van a pasar unos días a un pueblo del Bierzo leonés, que es la tierra originaria de Magdalena, una de ellas, y que ahora cuenta con cuatro habitantes. Estas seis mujeres pertenecen a la asociación i-vaginarium, que se dedica a acompañar y dar información veraz y ayuda rigurosa a las mujeres que observan la posibilidad de realizarse una vaginoplastia en su proceso de cambio de asignación de género.


Estas seis mujeres son muy diferentes entre si: algunas son jóvenes, otras son de mas edad, unas han sentido la necesidad de reasignar su sexo a una edad temprana, otras más tardías... desplegando una humanidad que genera una gran emoción en cualquier espectador que no contenga en su interior prejuicios ante personas de estas características, porque, lo que vemos en primer término y en esencia, son simplemente personas, que hacen turismo por esa zona del Bierzo, organizan fiestas en la casa rural en la que se hospedan, van a comer al restaurante cercano y, mientras tanto, conversan y hablan de sus expectativas futuras y de las dificultades pasadas, discuten, se reconcilian y, en todo ese proceso, desnudan su alma y se meten en el corazón del espectador con la fuerza de un flechazo. Todo esto, sin dejar de lado un sentido del humor y una ironía que me han provocado una felicidad al ver la película que no se producía desde que vi otro estupendo documental, el chileno El agente topo. Yolanda ha ejercido la prostitución para lograr sobrevivir; Tina es combativa y activista, además de dirigir i-vaginarium; Cristina tiene 56 años y hace seis que ha decidido iniciar el proceso de cambio, lo que la lleva a estar sembrada de dudas y acuciada por el pánico a enfrentarse a una operación quirúrgica de esa complejidad y riesgo...


Todas ellas tienen la impronta vital de haber sido personas que han tenido que luchar, en mayor o menor medida, para lograr ser, ante la familia, la sociedad y el mundo, lo que querían ser, lucha que otras personas que se encuadran dentro de los estándares no necesitan disputar. Pero, al mismo tiempo, esa lucha para reivindicar su propia identidad ha servido de adiestramiento en la defensa de su autoafirmación, haciendo que todos los argumentos que esgrimen frente a la cámara contengan grandes cantidades de reflexión y experiencia vital, y carezcan de ese condimento tan frecuente en las conversaciones que es la simpleza banal e irreflexiva. Sedimentos, de Adrián Silvestre, tiene el valor de la gran autenticidad de sus seis protagonistas, y puede ser, al menos lo merecería, una de las apuestas más importantes en los próximos meses dentro del cine documental.