Tomando el relevo del resto de compañer@s, y para cerrar el capítulo dedicado a repasar lo mejor de 2021, me toca hacer balance de lo visionado el pasado año, un recorrido condicionado, obviamente, por varios factores: en primer lugar, por la aplicación de medidas y restricciones en la exhibición cinematográfica, al igual que ya ocurrió en 2020, con los consiguientes cierres más o menos prolongados de las salas en ciertos momentos; además, por la incuestionable realidad de la limitación de tiempo para dedicarlo a esta tarea, circunstancia ésta en la que juega un papel determinante el dedicado igualmente a las series de ficción; y, finalmente, y en relación (in)directa con las dos primeras, la posibilidad correlativa de la elección de títulos y, conjuntamente, la subjetividad propia de la misma, condición que precisamente sobrevuela el recorrido fílmico con el que, a continuación, se intentará ofrecer un juicio de valor sobre Tres caras B del cine de 2021.
Confesando, a modo de spoiler y por si alguien prefiere no seguir leyendo, que me gustaron, con matices, títulos como Dune, Las leyes de la frontera, Matrix Resurrections, Sin tiempo para morir, Una chica prometedora... y que, por el contrario y tampoco en su totalidad pero en gran medida, no acabaron por convencerme otros como No mires arriba, Titane, Ultima noche en el Soho... la primera cara B tiene un nombre propio: Kristen Stewart. Dirigida por Pablo Larraín, se convierte en la princesa Diana de Gales para protagonizar Spencer, un papel en el que interpreta, con sofisticación y elegancia así como con transparencia y oscuridad, a un personaje marcado por elementos como la fatalidad, una interpretación que debería valer un Oscar, un reconocimiento que debería servir para poner en su lugar, como ejemplo de otros muchos casos, a una actriz encasillada por muchos en un papel crepuscular y que, sin embargo, ha dado ya muestras suficientes de su talento natural para meterse en la piel de otros, como en Seberg: Más allá del cine, y con el que, además, se sumaría a varias de las actrices favoritas de un servidor que cuentan ya con su propia estatuilla como Juliette Binoche, Kate Winslet y Sandra Bullock.
La segunda cara B tiene que ver con películas menos generalistas o de carácter comercial que, sin embargo y a pesar de su condición marginal respectiva para público o crítica, resultan destacables por méritos propios. Estos son los casos, ambos a partir de una base literaria, de Solo las bestias, un thriller europeo del sugerente (por lo general) Dominik Moll en el que la atmósfera creada, nunca mejor dicho por la pericia del realizador pero también por el marco narrativo, es capaz de mantener una tensión sostenida y equilibrada a la que apoya un elenco de intérpretes habituales de reparto como Denis Menochet y Valeria Bruni Tedeschi; y Ruega por nosotros, ópera prima de Evan Spiliotopoulos producida por Sam Raimi en la que Jeffrey Dean Morgan protagoniza un acto de fe, una cinta de terror en la que los recursos actuales del género dejan paso a un relato sin efectismos de más.
Para finalizar, un paralelismo entre la que podría considerar mejor película de 2021, El último duelo, fundamentalmente por lograr que, al salir de la sala, no pareciese lo que terminó siendo en lo que al ejercicio de auto-reflexión y diálogo con otr@s suscita por varios temas planteados, tanto en lo cinematográfico como en lo social, además de emplazar ya al trío Ridley Scott, Matt Damon y Ben Affleck a trabajar juntos de nuevo; y Police, cinta francesa, cinematografía favorita, que encuentra su acomodo en este repaso por plantear una estructura narrativa similar, formato tríptico, con la subjetividad de diferentes protagonistas de un mismo hecho y lograr, igualmente, plasmar en un argumento consistente tanto un relato fílmico como aspectos sociales varios sin márgenes superados por lo uno ni lo otro siguiendo una circulación fluida por la mediana del equilibrio que debe ser la base de un proyecto audiovisual con garantías, en este caso, además, con, posiblemente, dos de los intérpretes galos con más peso en el cine actual: Omar Sy y Virginie Efira. Así damos carpetazo al pasado año y hemos empezado ya 2022 con la intención de seguir disfrutando, al máximo dentro de lo posible, del séptimo arte.