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Crítica: "El cover", por Paco España

El cover es el debut en la dirección del popular actor Secun de la Rosa y la película encargada de inaugurar el pasado Festival de Málaga. En ella se cuenta la historia de varios personajes que sobreviven en Benidorm imitando a diversos cantantes de todas las épocas en las fiestas que los hoteles organizan para sus clientes. La película está rodada con un color que fusiona toda la pluralidad que puede encontrarse en este lugar turístico tan característico, con realidades mucho mas profanas y alejadas del glamour que desprenden los personajes objeto de la imitación, como son los bares y garitos en los que estos imitadores tienen que trabajar para llegar a completar unos ingresos que les permitan sobrevivir, además de ser, estos mismos lugares, en los que se relacionan y, en definitiva, hacen sus vidas. Secun de la Rosa, logra un retrato de esta ciudad mucho mas real y acertado que el trabajo de Isabel Coixet en su reciente Nieva en Benidorm, aunque el visionado conjunto de ambas puede proporcionar un retrato global muy interesante de esa ciudad.


En El cover el director aproxima la cámara mucho mas a sus actores y actrices, logrando un mayor nivel de expresividad al que saben responder interpretes de la enorme talla de Marina Salas (La zona, La mano invisible); la deslumbrante Carolina Yuste en su personaje de Amy Winehouse; el estupendo Lander Otaola (Ane, Patria); y los grandes que saben serlo sin llamar la atención como Susi Sánchez (La enfermedad del domingo) y, sobre todo, Juan Diego como el entrañable abuelo. De todo el reparto el menos inspirado es Alex Monner (Pulseras rojas, La próxima piel), que parece estar constantemente en otro planeta diferente al resto de personajes, dándome la sensación de hacer ciertos gestos cuando recibe la orden del director y no cuando la secuencia lo exige. Este actor ya demostró su capacidad en la serie mencionada y en la película de Isaki Lacuesta, pero en El cover no vemos su mejor versión.


La película es un verdadero catálogo de temas musicales de épocas diferentes, muy populares, que interpretan los propios actores y actrices con su propia voz, lo que resulta absolutamente meritorio, especialmente en el caso de Carolina Yuste, aspecto en el que el protagonista tampoco destaca. En este ambiente se desenvuelven los personajes con sus fortalezas y debilidades, algunos piensan que están haciendo algo grande, nada menos que sobrevivir, y otros que son un fraude al ganarse la vida imitando a artistas que no son ellos mismos. Según va avanzando la película, ésta va perdiendo fuelle y la energía que demuestra en su comienzo, no logrando cerrar con éxito el recorrido de algunos de los personajes, pero, a pesar de todo, la película es una propuesta interesante y distinta a lo que el cine español suele proponer con esas comedias bochornosas que llegan ocasionalmente a las pantallas, en este caso Secun de la Rosa nos propone una historia diferente, cuyo rodaje se vio parado abruptamente por el confinamiento, que hace contemplar con optimismo sus futuras propuestas, que afrontará tras su paso por el hospital, muy presionado por el Covid-19.