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Crítica: "Monster Hunter", por Jesús Caro

Hay directores a los que les gusta mucho realizar adaptaciones cinematográficas de libros. Otros se decantan por los cómics o novelas gráficas y, en el caso de Paul W.S. Anderson, pues... a él le van los videojuegos. Por si no hubiesen bastado cuatro entregas de la saga Resident Evil y una más que curiosa adecuación del juego Mortal Kombat a película, el bueno de Anderson toma como base argumental para este film el videojuego Monster Hunter, del año 2004, para la Playstation 2.


Con un guión nada inspirado y demasiado endeble, Anderson nos castiga durante más de 90 minutos (descontando títulos de crédito finales que incluyen, eso sí, una pequeña escena post-créditos) con una serie de desafortunadas decisiones, tanto en su doble labor como guionista y director. El comienzo del film, cuando una 'criatura' ataca el barco donde (entre otros tripulantes) están Tony Jaa y Ron Perlman es tan confuso y mal ejecutado como desafortunado, pudiendo haber optado por mostrarla de mejor manera, pues como mera introducción llena de acción no tiene absoluta solidez ni aporte narrativo, y mucho menos espectacularidad, o manteniendo el misterio sobre el mal que acecha y resolviendo ese dato avanzada la historia.


Lo que nos cuenta (o muy parecido) ya se ha visto antes y de mejor manera. Los personajes, en especial el grupo de rangers liderados por la capitana Artemis (Milla Jovovich), son demasiado tópicos y apenas duran media hora en pantalla convirtiéndose rápidamente en las victimas de los monstruos generados por ordenador. A esto le sumamos a sus dos protagonistas, Jovovich y Jaa, forjando su amistad en sus inicios a base de mamporros y de la sucesión de batallas contra monstruos mal representadas da como resultado un muy mediocre entretenimiento.