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Crítica: "La ofrenda (L'ofrena)", por Paco España

En la sección Premier de la plataforma FILMIN se puede ver esta curiosa película, La ofrenda (L'ofrena), una fábula dramática sobre los efectos que producen los intensos caminos de la vida cuando se han cerrado en falso o se han quedado completamente abiertos. Tal es el caso del personaje interpretado por Anna Alarcón (La vampira de Barcelona) cuando, en su acomodada y al mismo tiempo insatisfactoria vida, aparece un antiguo amor de gran intensidad veinte años atrás y que desapareció de súbito. La irrupción de ese personaje, interpretado por Álex Brendemühl (Madre) -actor al que le van como anillo al dedo los personajes con un toque misterioso y sombrío-, supone un terremoto emocional de consecuencias difíciles de imaginar.


El reparto lo completan Pablo Molinero (El verano que vivimos) y Verónica Echegui (Explota, explota), conformando relaciones propensas al incendio más devastador. La película avanza con ritmo pausado, siendo muy importantes los pequeños detalles que se pueden ver entre líneas y una permanente sensación insalubre que rezuma de los personajes. El título de la película y el cartel de la misma, con la intensa mirada azul del actor barcelonés con apellido alemán dirigida directamente a cámara, quieren mostrar sutilmente el camino por el que van a transcurrir los actos de la película.


Ventura Durall ha dirigido anteriormente varios documentales, entre los que se encuentra el interesante La nova scola, de 2020, sobre una manera diferente de enfocar la educación, más experiencial y menos acumulativa de datos. La ofrenda (L'ofrena) supone el primer trabajo de ficción para cine de su director y ha creado una película pequeña, que no es perfecta, porque se queda corto en el desarrollo de alguno de los personajes -como es que caso del que interpreta Verónica Echegui-, pero, sin aspavientos, plantea cuestiones que pueden alimentar la reflexión y el debate y, solamente eso, ya me parece de un valor importante.