Desde la frase de presentación del campeón mundial de los pesos pesados, entre 1961 y 1964, Sonny Liston, 'Alguna vez alguien escribirá el blues de los boxeadores. Será para guitarra lenta, trompeta suave y una campana', y hasta parte del epílogo final de Katherine Dunn, 'El boxeo es simple... Lo que sucede dentro y alrededor de ese mal llamado ring es una potente destilación de todo lo humano', Sangre, sudor y puños. El boxeo en el cine (Diábolo) contiene toda ese esencia.
En las casi 280 páginas de Sangre, sudor y puños. El boxeo en el cine, Alfonso Bueno López (Más allá del arcoiris. Clásicos perdidos y nuevas joyas del cine musical) ofrece un extenso y profundo recorrido por la primitiva mística del cuadrilátero que ha seducido, durante generaciones, a literatos, pintores, músicos, fotógrafos... y, por supuesto, también cineastas. De hecho, si hay un arte con el que el boxeo ha mantenido una íntima relación es, precisamente, el cine.
Nadie puede vencerme, El ídolo de barro, Más dura será la caída, Fat City, Rocky, Toro salvaje, When we were kings, Million Dollar Baby, The Fighter... Estos títulos, y muchos más, protagonizan Sangre, sudor y puños. El boxeo en el cine, más de un siglo de películas pugilísticas, un apasionante viaje por las leyendas del ring (Jack Dempsey, Max Schmeling, Joe Louis, Jake LaMotta, Muhammad Ali, Mike Tyson...) y los filmes que capturaron su mitología en la gran pantalla.
Segundos fuera, Primer asalto, Contra las cuerdas, Salvado por la campana, Besar la lona, Nocaut... Con estos títulos de capítulos tan explícitos, Sangre, sudor y puños. El boxeo en el cine retrata, desde sus orígenes al cine negro o la era dorada del mismo, la doble condición de deportistas convertidos en estrellas de celuloide y maestros del séptimo arte como Charles Chaplin, Buster Keaton, Alfred Hitchcock, Luchino Visconti, John Huston... inspirados por 'la dulce ciencia'.