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Crítica: "Sentimental", por Paco España

En lo que a mi respecta, el estreno de una nueva propuesta de Cesc Gay suele ser una oportunidad de disfrutar en la sala de cine, porque no es frecuente la existencia de películas que sean capaces de desgranar el comportamiento del ser humano como lo sabe hacer este director barcelonés. Aunque el prisma de Sentimental es poco frecuente en su cine, se trata de una comedia. La mayor parte de sus películas anteriores, sin estar exentas de una notable ironía, son dramas, como es el caso de Truman, Una pistola en cada mano, Ficción o En la ciudad, además de Félix, la notable serie que en 2018 protagonizara Leonardo Sbaraglia.


En Sentimental nos encontramos a una pareja ya desgastada por el tiempo, interpretada por Javier Cámara -al que no es necesario definir en el panorama del cine español- y (la desconocida en este mismo cine pero muy conocida en su país por su participación en numerosas telenovelas) la actriz argentina Griselda Sicialiani, que comparten una velada con otra pareja de vecinos un poco mas jóvenes, pero sobre todo bastante más activos, interpretados por Belén Cuesta (La trinchera infinita, La llamada) y Alberto San Juan (El rey, La vergüenza). Estupendos los cuatro en sus respectivos papeles.


El guión está escrito por el propio director y es una adaptación de una obra de teatro también suya, que escribía al mismo tiempo que Truman, seguramente para desdramatizar su mente de la intensidad de esta última. Las películas cuyo origen está en una obra de teatro tienen que lidiar con ciertas características del género del que proceden, como en este caso es la existencia de una única localización, el apartamento de la primera pareja, con rellano de escalera y balcón. Esto limita los movimientos de los personajes que tiene que compensarse con un gran dinamismo interpretativo y del guión para que el ritmo no se resienta.


Esto lo pudimos ver en una de las mejores películas de Alex de la Iglesia de los últimos tiempos, Perfectos desconocidos. Pues como en aquella, Sentimental logra enganchar al espectador con un trepidante ritmo argumental que se genera entre las diferencias vitales de las dos parejas y de los cuatro personajes, además de la agitación de sentimientos de la primera pareja que parecían muertos y quizás solo estaban profundamente dormidos en la monótona rutina de su propia relación. Sentimental se puede definir de dos maneras, como un producto fílmico, en cuyo caso estaríamos ante una buena película, o atendiendo al nivel de cómo te lo pases viéndola, en cuyo, seguramente sea superior.