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Crítica: "El sitio de Otto", por Paco España

El Atlántida Film Festival (AFF) se ha desarrollado en Palma de Mallorca del 27 de julio al 2 de agosto y presta una muy especial atención al cine europeo inédito en España. El festival tiene una estrecha relación con la plataforma FILMIN, ya que nació tres años después de ésta y comparten el mismo director, Jaume Ripoll, hecho por el cual las películas del festival se encuentran en la plataforma disponibles hasta el 27 de agosto, la mayoría de ellas bajo la suscripción standard. Este es el lugar donde se puede ver El sitio de Otto, dirigida por Oriol Puig -no confundir con el actor del mismo nombre que participó en la inefable serie La verdad, rodada hace años por estos lares-. Una vez más, una película catalana bebe directamente de esa extraordinaria cantera de interpretación que supuso la serie Merlí, que, por cierto, se puede ver gratis y completa en PlayZ dentro de TVE a la carta, un buen momento para descubrirla o redisfrutarla.


De esta serie salió el protagonista de El sitio de Otto, Iñaki Mur, realizando un trabajo en las antípodas de Oliver, el que tenía en Merlí, que era un personaje extrovertido y chispeante, mientras que Otto es introvertido y taciturno. La película comienza cuando Otto, un joven de una pequeña localidad rural, acaba de perder a su padre y se plantea ocupar socialmente el lugar de su desparecido progenitor, aunque es algo que no le llena plenamente. Al mismo tiempo aparecen en su vida una joven del pueblo que regresa embarazada, Joana Vilapuig, que pudimos ver en Pulseras rojas, y un forastero que vive en una caravana, Oriol Vila (Cerca de tu casa, Lasa y Zabala), que se establece temporalmente en aquellos parajes que le atraen, con los que establece una relación muy especial, ya que ellos personifican la libertad y la tentación de volar lejos de sus raíces.


Pero por otra parte están su madre, la inconmensurable Nora Navas -que no tiene inconveniente en trabajar en papeles de corta duración, dejando siempre su impronta en ellos-, su novieta del pueblo y su grupo de amigos, encabezados por Artur Busquets, al que pudimos ver en las series Drama y Estoy vivo, que representan su lugar de siempre, en el que puede sentir su arraigo. Este es el dilema que se le presenta a Otto, volar o echar raíces en un momento que presupone va a ser definitivo en el futuro de su vida, una decisión difícil que se refleja permanentemente en el rostro de Otto a lo largo de sus 79 minutos, demostrando que se pueden contar historias interesantes y existenciales, como sucede en esta película, sin eternizarse en los planos, aunque es fácil adivinar que El sitio de Otto es una película pausada y un tanto nihilista, que permite ser disfrutada por el espectador o espectadora que les vaya este tipo de historias.