Parece ser y es que algunos tiempos cinematográficos existen gracias a las llamadas del remake y/o del reboot, es decir, nuevas versiones de películas que suponen una parte importante en la Historia del Cine. Esta denominación suele construir una historia a través de su original, una apuesta impuesta por falta de ideas que se sustenta entre una copia del original y/o licencias creadas para intentar ser distintas. Por lo general, su resultado deja bastante que desear... y no sorprende lo más mínimo.
Del film que nos ocupa, Mujercitas, recordamos a Katharine Hepburn en 1933, después a Elizabeth Taylor en 1949 - posiblemente la más conocida y admirada por parte del espectador-, Winona Ryder en 1994... y ahora nos llega la revisión de 2019, película dirigida por Greta Gerwig, musa del movimiento mumblecore -subgénero indie norteamericano en pro de los valores éticos y estéticos del propio concepto independiente sobre la base tanto del realismo como del naturalismo, revisando el clásico literario de Louise May Alcott.
Mujercitas, en todas sus versiones y dentro de su equilibrio entre clasicismo y actualización, reflexiona sobre parámetros feministas y el poder del dinero recomponiendo un relato filmado con maestría y cuyos valores resaltan en cada secuencia sobre un argumento sostenido en los valores femeninos, los de cuatro hermanas en el punto de la adolescencia que, junto a su madre, comienzan unas vacaciones sin la figura paterna en el estado de Massachusetts, en plena Guerra Civil Americana, tiempos en los que descubrirán el amor, la familia y tendrán que tomar decisiones.
Estructurada en dos partes, una en base al respeto a la obra original y otra sustentada por una nueva puesta en escena sobre la mirada de sus personajes, esta nueva versión de Mujercitas, con una banda sonora ajustada y excelentes interpretaciones -Emma Watson, Saoirse Ronan, Timothée Chalamet, Laura Dern, Meryl Streep, Florence Pugh, Eliza Scanlen-, supone un notable retrato fílmico, una película muy digna que, en todos sus elementos y esencias, otorga al espectador una muestra de cine dignificante y emotivo de alta escuela.