Las diferentes versiones de series de televisión trasladadas a la pantalla grande no gozan de buena salud. La revisión actualizada de Los ángeles de Charlie, famosa ficción televisiva de los 70, está protagonizada por tres chicas que trabajan para un persona misteriosa llamada Charles Townsend, propietario de una agencia de seguridad internacional.
El asunto de un ingeniero de sistemas tecnológicos y el poder de las cuestiones energéticas, centralizado en un componente de máxima seguridad llamado Calisto, retoma a los personajes de esta franquicia con alguna que otra versión fílmica, ahora combinando una aventura corre calles de agentes secretos, una floja imitación de 007, entre Londres, Hamburgo o Estambul.
Diálogos planos, secuencias sin contenido, estrepitoso desastre en toda su extensión... posiblemente, bajo la dirección endeble de Elizabeth Banks y con una banda sonora de radio fórmula, sólo nos queda un MacGuffin que destaca en un film tan vacío que, por momentos, te quedas atónito, pero que, en algún momento, te obligas a decir 'bueno, me entretiene'.
Con interpretaciones muy poco alentadoras, salvo pequeños destellos por parte de Kristen y Patrick Stewart o algo de Djimon Hounsou, Los ángeles de Charlie, a través de sus supuestos mensajes y mediante situaciones que rozan el sin sentido más absoluto, presenta credenciales de un falso feminismo, en modo caricatura, y hace, vía ridículo, un flaco favor.
Cine que no aporta nada, con un final de añadidos para no explicar nada. A Los ángeles de Charlie les faltan alas, no trasmiten y pululan sin el menor rigor, una película de narrativa cero, sin ritmo, que adormece y te deja pensar en otras cosas, un film merecedor de premios, los famosos Razzies. Había una vez tres ángeles.... de nada, Charlie.