Hoy domingo, 15 de septiembre, cierra el Autocine Cantabria. El origen del cierre, tras cinco años de actividad en los que se han proyectado más de 300 títulos, está en las obras de ampliación de la A67 a su paso por Torrelavega, ciudad que, de este modo, volverá a quedarse sin salas de exhibición cinematográfica más allá de las proyecciones de la Filmoteca de Cantabria en la Casa de Cultura.
El cierre definitivo o el paréntesis momentáneo, algo que dependerá de las compensaciones económicas finales por parte del Ministerio de Fomento y de la posibilidad de encontrar otra parcela que se ajuste a las necesidades del formato autocine, ha sido con una película de culto convertida en una declaración de intenciones, Los Goonies.
Al margen de la noticia en cuestión, el cambio que supone en el panorama cultural de la capital del Besaya nos conduce a la siguiente reflexión: con los condicionantes burocráticos/urbanísticos propios de las administraciones de turno y desde el conocimiento de la afección propiamente, ¿no ha sido posible planificar en paralelo un traslado a otra ubicación sin conllevar este cierre/paréntesis?