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Crítica: "Diana", por Paco España

Diana es el primer trabajo en ficción, tras el documental La vida a 5 nudos sobre el buque escuela de la Armada Española Juan Sebastián de Elcano, de Alejo Moreno, el realizador del veterano programa de La 2 Días de cine. Su protagonista es una escort de lujo. Para los despistados, no se trata del famoso modelo del fabricante de vehículos Ford, sino de una 'acompañante remunerada' para distintas funciones o eventos. Tras su exiguo estreno en salas de cine, se ha estrenado recientemente en la plataforma de contenidos Filmin, convirtiéndose en una de las más vistas.


Un hombre y una mujer tienen varios encuentros en el interior de un apartamento: ella es la escort y él un exitoso emprendedor y empresario tecnológico. Dentro de una situación de gran erotismo, vamos conociendo quienes son realmente estos personajes y cuales son las claves reales que mueven el mundo moderno, realizando paralelismos frecuentes entre la prostitución y las agresivas técnicas de publicidad y venta, donde frecuentemente los usuarios nos prostituimos y, a cambio de la palabra mágica del mudo moderno ('gratis'), ofrecemos, sin el menor pudor, nuestros datos, preferencias, gustos, filias... a cambio de obtener una conexión wi-fi. Como dice el personaje masculino, la palabra gratis abre todas las puertas, pero en estos tiempos absolutamente nada lo es.


Diana nos habla, entre otros temas, de las relaciones personales, deficientes y violentas; los medios de comunicación; la doble personalidad; la economía especulativa; las opciones sexuales... quizás demasiados para un solo título y todo ello desde un formato 'low cost' que la emparenta directamente con las recientes Lucero, de Norberto Ramos del Val, y Most Beautiful Island, de Ana Asensio, todas ellas influenciadas, en mayor o menor medida, por la gran obra maestra, una de la últimas del S.XX, Eyes wde shut, de Stanley Kubrick.


Los protagonistas absolutos de Diana son la actriz y modelo Ana Rujas, que participa frecuentemente en cortometrajes -y a la que pudimos ver en un título anterior del mencionado Norberto Ramos, Summertime- y Jorge Roldán, ambos con trabajos generosos y expuestos, donde su calidad interpretativa se aprecia, en mayor medida, cuando no interactúan entre si, momentos en los cuales se ven algunas deficiencias, producto, probablemente, de la carga erótica de determinadas escenas con su consiguiente dificultad.


Aunque la realización de la película pone de relevancia aspectos que son manifiestamente mejorables, fruto de su bajo coste y que no es un demérito -no olvidemos que los comienzos de Carlos Vermut fueron con este tipo de cine (Diamond Flash)-, Diana también cuestiona temas de gran importancia social y económica de nuestra sociedad, por lo que se trata de un film combativo que pone sobre la mesa posibles debates de profundo calado, algo muy difícil de ver en el, casi siempre complaciente, cine español.