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Crítica: "Keepers. El misterio del faro", por Javier Collantes

A modo de subgénero, los faros, en su faceta más o menos realista o en la meramente ficticia, han desplegado su atractivo en la gran pantalla, un escenario abierto al enigma que, en algunos casos, a través de su condición de elemento focal de luz direccional, ha resultado realmente fascinante. De la proyección lumínica a cierta composición de soledad emitiendo trazos interiores de quién habita y/o trabaja en estas naves ancladas, mástiles en tierra que divisan el mar.


En esta tesitura narrativa, faros memorables de cine como La luz del fin del mundo, un majestuoso relato con Kirk Douglas, Yul Brynner, Samantha Eggar y Fernando Rey, un film emblemático en su época; pero también El buque faro, de Jerzy Skolimowski, un retrato claustrofóbico, arrebatador, extraño y muy especial; y Calabuch, del maestro Luis García Berlanga, película en la que el faro permanece como un culto entre un protagonista y la localidad donde se desarrolla su historia.


Ahora se estrena Keepers. El misterio del faro, dirigida por Kristoffer Nyholm, realizador de series de televisión que pasa a la pantalla grande con un relato, por lo general, de buen pulso narrativo, salvo una pequeña caída en la segunda parte del mismo. A pesar de esta circunstancia, su ritmo y su forma de exponer el argumento resulta muy notable en un film que no pase desapercibido para el espectador que reclama cine de emociones.


En los inicios del siglo XX y entre un intenso banco de niebla, un barco atraca en una de las islas de Flannan, en Escocia, con la intención de hacer llegar a los fareros suministros. Sin embargo, la tripulación no encuentra a nadie. Tres guardianes encuentran un cofre. Su anterior y posterior reacción será un compendio de asesinatos, descubrimientos, locura, ambición y codicia en una historia o leyenda basada en hechos reales.


En una atmósfera agobiante y dada la austeridad de personajes, la tensión narrativa se escurre por el tamiz del thriller psicológico y se respalda con una puesta en escena sobresaliente, sobre todo la espléndida fotografía. Las extraordinarias interpretaciones de su reparto, con el genial Peter Mullan y el impactante Gerard Butler, asumen y captan culpabilidades (im)propias. Keepers. El misterio del faro penetra en el oscuro dolor a través de la luz del cine.