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Crítica: "Bumblebee", por Javier Collantes

De vez en cuando es necesario visionar cine comercial perfectamente realizado, con sus estilos de contar y narrar una historia que transmita sensaciones y emociones, sin caer en la ñoñería barata, para concebir una película como un estado del cine de evasión, sin tratar al espectador de consumidor rápido o de encefalograma plano, respeto bajo unos mínimos de calidad fílmica. A este caso corresponde Bumblebee, un film espectáculo que no engaña a nadie.


Travis Knight, conocido por la excelente película Kubo y las dos cuerdas mágicas, dirige el 'spin off' / precuela de la franquicia de Transformers, una magnifica aventura del abejorro coche/robot desde la óptica blockbuster, tan digna que supera a las anteriores entregas. Sin lugar a dudas, la mejor en todos sus elementos. Después de que Michael Bay trasladase a la gran pantalla las batallas robóticas, con acierto en bloque de títulos inundados de chatarra sideral, se necesitaba un cambio, y Bumblebee llega a su destino.


Más empaque, humor y emotividad, la batalla de Decepticons y Autobots se ha reiniciado en todo su esplendor. Su argumento nos lleva a la California de 1987 y al encuentro entre un robot que busca refugio en una chatarrería y una adolescente que busca su reubicación en el mundo y su propia familia, la amistad naciente y el proceso de aprendizaje entre ambos. No exenta de humor, e impregnada por el espíritu de Spielberg, Bumblebee es una magnífica película con el sabor fílmico de la década de los años 80: un film trepidante entre explosiones, con un ritmo narrativo y visual que nunca decae, conservando el protagonismo del ser humano en una relación de salvamento físico-emocional.


Si además añadimos la extraordinaria banda sonora, una auténtica delicia con la presencia del cassette y (entre otros) The Smiths, Bumblebee hace honores a una clase de cine comercial, tan bien realizado, que transmite grandeza en los efluvios y la esencia de coches humanizados, seres humanos encontrándose a sí mismos, y, sobre manera, cine de grandes valores en su conjunto. Excelente y espectacular. Puro, puro entretenimiento en pantalla grande.