Noviembre es un buen mes para este estreno. Tal es así que el personaje principal porta, desde su más tierna infancia, un bigote que bien podría representar la campaña que se desarrolla en este mes, en todo el mundo, para conciencia sobre diversos problemas de salud masculina y que se denomina Movember.
Pero también es una buena fecha, por la proximidad a la época más fuerte del año, en cuanto a la asistencia a las salas de cine se refiere. Se acerca el largo puente de la Constitución, preámbulo de la Navidad, y esta película tiene todos los ingredientes para atraer grandes cantidades de jóvenes espectadores hacia ellas.
Probablemente las expectativas puestas en esta película eran bastante bajas, pero lo cierto es que las ha superado con creces y ha resultado ser un producto con un valor muy superior al que parecía en un principio. En primer lugar, no intenta engañar, ni ser lo que no es. Se basa, con ciertas licencias, en el popular personaje creado por Jan en 1973, parodia del famoso superhéroe norteamericano, pero carpetovetónico a ultranza, al mismo tiempo que entrañable.
Desde el comienzo se pueden oír frases del tipo de 'El clavo que sobresale, pide martillo' y 'En este país, para ser feliz tienes que ser mediocre' de labios del personaje que interpreta el gran actor Pedro Casablanc cuando le advierte al pequeño caído del cielo que, si destaca en cualquier aspecto, no le va a querer nadie y va a ser infeliz.
Estas afirmaciones son toda una declaración de principios y la explicación de que al frente del guión se encuentren Borja Cobeaga y Diego san José, guionistas a su vez de Ocho apellidos vascos (y catalanes) y el primero director en solitario de Fé de etarras, Negociador o Pagafantas, además de ser el responsable de notables cortometrajes como Democracia y Éramos pocos.
Por su parte, su director, Javier Ruiz Caldera, ya se enfrentó en 2015 a otro famoso personaje de cómic español -Anacleto, agente secreto, de Vázquez- con un resultado no del todo desdeñable, además de ser el director del anuncio de la Lotería de Navidad con el que nos están bombardeando estas semanas.
El resultado salvable de Superlópez se logra también por un acertado casting. Al ya mencionado Pedro Casablanc hay que añadir a Dani Rovira -es difícil imaginar otro actor en este personaje-, el buen trabajo de Alexandra Jiménez, Julián López, Gracia Olayo y Ferrán Rañe, y la brillantez que a todos sus trabajos pone la espléndida Maribel Verdú. En definitiva, un título adecuado para ir con los niños, sentarse en la butaca y disfrutar.