Después de la entrada en vigor de los Presupuestos Generales del Estado 2018 el pasado jueves, 5 de julio, la esperanza del espectador consistía en que la rebaja del IVA del cine del 21% al 10% se acompañase, de manera inmediata, de una rebaja en el precio de la entrada. ¿Nada más lejos de la realidad?.
Según denuncian organizaciones y colectivos pro defensa de usuarios y clientes, como el caso de Facua, la bajada del impuesto ya en activo no se ha repercutido en el precio de la butaca o se ha reducido menos de lo que correspondería a la reducción del 11% en hasta un 70% de los cines objeto de análisis.
Vayamos por partes. Antes de entrar a valorar cualquiera de las conductas practicadas por los exhibidores cinematográficos en este nuevo contexto, hay que recordar que no se puede dejar llevar por el deseo de que algo vaya a tener lugar ni caer por la euforia de que dicha circunstancia vaya a hacerse realidad.
Dicho esto, lo gestores empresariales de las pantallas de cine, miembros de la comunidad del séptimo arte, llevaban reclamando esta medida desde 2012 -cuando el PP fijó en el 21% el tipo impositivo-, y sobre todo después de que en marzo de 2017 esta reducción se aprobase para los espectáculos en directo.
Esta reclamación, intencionada y notoria, no da paso en el punto de satisfacción económica a la misma vehemencia. Pese a los recientes cambios de gobierno, la entrada en vigor estaba en el calendario más inminente y, sin embargo, algunos exhibidores siguen estudiando su implantación. No habrá habido tiempo...
Partiendo del hecho de que el espectador es un término que en realidad se traduce en cliente/consumidor, otros exhibidores, directamente, adelantan que la bajada del iva no va a tener ninguna repercusión en los precios de los tickets para las películas que se proyecten en sus circuitos de pantallas.
No obstante, éstos plantean matices para justificar tal decisión. Por ejemplo, no haberlos subidos en los últimos ejercicios. Finalmente, los restantes optan por aplicar la rebaja del impuesto... aunque la letra pequeña esconde que no será tal en el caso de promociones y/o sesiones especiales...
Los mayores beneficios de los exhibidores no pasan, curiosamente, por los resultados de taquilla. Bueno, sí, los de las cajas registradoras de su ambigú. Los cines, además de la cartelera de películas cuentan con otra de precios de entradas con innumerables promociones, vales, descuentos...
Los exhibidores cinematográficos, como empresas privadas, pueden poner el precio que quieran a las entradas, lo mismo que un@ puede elegir si va a ver una película o no. ¿Sigue abierto el debate sobre lo que cuesta ir al cine? Nunca se ha cerrado, con un IVA u otro, y difícil que se cierre.