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Crítica: "Han Solo: Una historia de Star Wars", por Javier Collantes

Desde la famosa frase 'En una galaxia muy, muy lejana', y la palabra galaxia relacionada con el mundo cinematográfico y posteriormente a términos de lucha de poder político en otros ámbitos, el texto cobra vida a través de unas películas que pertenecen a la historia del séptimo arte. Desde hace muchos, muchos años, la fuerza nos acompaña. Las aventuras galácticas, sus personajes y los efectos especiales, sirven para disfrutar de una serie de películas que son patrimonio de una clase de cine creado para entretener y disfrutar de un alto nivel en su conjunto final.


Ahora nos llega un nuevo viaje intergaláctico, un 'spin-off' que cuenta las odiseas del personaje de Han solo antes de las vicisitudes y los acontecimientos que  disfrutamos en el Episodio IV del año 1977, donde han llovido meteoritos, lanzado naves y descubierto planetas en el espacio sideral. En esta nueva entrega, su argumento nos conduce a un buscavidas en fuga y captura que buscar regresar a su lugar de origen para buscar a la chica que ama, desplazamientos de una galaxia a otra, submundos criminales, lealtades y traiciones, lucha de clases y por recursos... narración magistral. 


La amistad de Han Solo con Chebwacca y otr@s marcarán un camino de héroes y justicia donde nada es lo que parece. Ron Howard, cineasta artesanal, transforma esta película en un homenaje a los tres primeros títulos de la franquicia Star Wars: por un lado, recupera su espíritu y aporta un nuevo libreto con la firma de Lawrence Kasdan; por otro, construye un retablo majestuoso de cine comercial de alto voltaje, con secuencias extraordinarias como la de acción ferroviaria, efectos especiales perfectamente encajados, y añadiendo, en consonancia y disidencia, una banda sonora notable.


El reparto interpretativo, desde Woody Harrelson hasta el protagonista Alden Ehrenreich, logran convencer, a pesar de que, a veces y de manera inevitable, seguimos recordando a Harrison Ford. Una película más que digna en sus 135 minutos de metraje, reseñable por sus compenetrados tonos humorístico y emocional en una continuidad de ritmo impresionante sin descanso para el espectador, aspecto brillante de un género de aventuras, con líneas de western, un duelo clásico entre 'buenos' y 'malos'. Han Solo: Una historia de Star Wars traspasa las barreras de la luz y el sonido.