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Crítica: "Juego de ladrones. Atraco perfecto", por Pelayo López

Todos los días, el banco de la Reserva Federal de Los Ángeles saca de la circulación 120 millones de dólares en efectivo. Un grupo de experimentados ladrones planea su gran atraco final. Sin embargo, el departamento del Sheriff, la brigada más temida de la ciudad liderada por 'El gran Nick', no está dispuesto a ponérselo fácil. Adelantarse a ellos y llegar los primeros al dinero será su máximo reto.


Así comienza Juego de ladrones. Atraco perfecto, un thriller de acción con ladrones de guante blanco y dedo en el gatillo de armas automáticas. El debutante Christian Gudegast se hace cargo de la dirección de una historia que sigue las pruebas de vida dentro de un género marcado sobremanera por Heat y, más recientemente, por The town. Ciudad de ladrones. Esta ópera prima, sin embargo, marca distancias y territorio respecto a un maestro de la fórmula como Michael Mann y un actor-director como Ben Affleck que pondera tras las cámaras sus mejores créditos.


Gerard Butler y Pablo Schreiber (13 horas) reviven, a pie de calle y a ambos lados de la ley, el duelo protagonizado en su momento por Robert DeNiro y Al Pacino. Secuencias de acción resolutivas y escenas de tensión eficaces les enfrentan en un metraje serpenteante que, sin embargo, se pierde por la senda de unas ramificaciones familiares que, al contrario de lo logrado en The Town, resultan totalmente prescindibles, y en un epílogo final que termina por encasquillar el desenlace de un espectáculo mantenido por la complicidad entre Gudegast y Butler 'masticachicles' tras coincidir en Objetivo: Londres.


Al margen de estas balas de fogueo y algún señuelo de artificio, Juego de ladrones. Atraco perfecto cumple las expectativas de un thriller de consumo rápido en el que cabe destacar el reconocible uso de los efectos de sonido en los sucesivos escarceos entre policías y ladrones, un recurso caído en el olvido en muchos otros casos fílmicos similares en los que, entre otros aciertos en la galería de tiro, se muestra puntería plausible en lo concerniente a algunos elementos de montaje en paralelo que sirven de disección a la historia, un atraco esperado, un juego resultón.