Actualmente en manos de Disney, Pixar nació en relación directa con un visionario del cine, George Lucas, y pasó después por el desarrollo conceptual de uno de los gurús más importantes de los siglos XX y XXI, Steve Jobs. Precisamente, De Pixar al cielo. Mis años con Steve Jobs y cómo reinventamos la industria del cine (Deusto), de Lawrence Levy, ex-alto ejecutivo de Pixar desde su fundación, viene a poner luz y taquígrafos en torno a un proyecto tan creativo como innovador.
Noviembre, 1994. Jobs, por aquel entonces en horas bajas, telefonea a Levy para que se haga cargo de las finanzas de una empresa sin una clara dedicación pero con pérdidas importantes. Convencido y reclutado para la causa, Levy y Jobs redefinen objetivos centrándose en la producción de cine de animación. Una salida a bolsa muy superior a cualquier expectativa y el estreno de la exitosa y hoy legendaria Toy Story, en 1995, marcaron un antes y un después.
Pixar ha liderado la revolución los efectos digitales especiales y la animación por ordenador, pero no fue hasta la llegada de Levy, que estableció cambios audaces -reorganizando las operaciones comerciales, liderando su salida a bolsa y vendiendo su imagen de marca por 7.400 millones de dólares a Disney en 2006-, cuando Pixar adquirió su verdadera dimensión. Y todo ello, en paralelo, estrechando una duradera amistad con el propio Jobs.
De Pixar al cielo. Mis años con Steve Jobs y cómo reinventamos la industria del cine le sirve a Levy para trazar un evidente paralelismo en su contenido literario con el equilibrio necesario a la hora de abordar cuestiones administrativas y creativas desde su perfil de director financiero, un viaje empresarial y personal por la exitosa compañía que ha concebido algunos de los personajes animados más célebres de nuestro tiempo.
Levy se unió a Pixar en 1995 como Vicepresidente Ejecutivo, Director Financiero y miembro de la Oficina del Presidente. Más tarde formó parte del consejo de administración. Durante su participación en Pixar, desarrolló la estrategia que la llevaría de ser una empresa gráfica con pérdidas a unos estudios de cine con un valor de miles de millones de dólares.
Con un estilo literario que fluye con facilidad para el lector, Levy reconstruye en más de 250 páginas, de las cuales se pueden leer AQUI las primeras, las difíciles decisiones empresariales, tanto las estratégicas como las personales, que tuvo que tomar para levantar y consolidar el estudio de cine, pero también retrata un profundo perfil del genio Jobs y la cultura del trabajo en el sector tecnológico en De Pixar al cielo. Mis años con Steve Jobs y cómo reinventamos la industria del cine.