Francisco Ibáñez, Pacolini, nos ofrece un nuevo trabajo en el terreno del cortometraje: Uno... y rapidito. En esta ocasión, sobre la base de un título sugerente, la mirada creativa y el universo personal de Pacolini nos relata un micro-cortometraje con el engranaje de una secuencia. En su historia, una pareja, a lo largo de cuatro minutos de metraje, personifica una escena cotidiana: él espera, ella se prepara...
Bajo los condicionantes del tiempo, el amor y la excitación, la idea del director se desarrolla en un tono de parodia y humor de ambos personajes, interpretados por Carmen Martínez y David Molina, una anécdota de realidad aumentada, gracias al montaje de Patxi Gabella, para divertir y pensar, sin malicia ni tono destructivo en torno a una situación no por sabida menos reiterada en el bucle del ocio nocturno.
Fiel a su idea de contar cosas de la vida, cuya importancia estriba más en trasmitir sin dejar frío al espectador, Pacolini protagoniza una trayectoria de 10 cortometrajes, por ahora, y con nuevos proyectos en un breve espacio de tiempo. Administrador de historias, galopante en argumentos y trabajos, Pacolini (se) expone, y podrá gustar o no, pero permanece leal a su estilo de outsider sin pasar por el corte.
Pacolini simplemente rueda y exhibe, sigue haciendo tomas sin cortapisas ni leyes técnicas en el lenguaje visual pues ni lo necesita, ni quiere, simplemente acciona sus mecanismos y ya está, sin más aditivos. Una apuesta de quien hace lo que le gusta en un ámbito tan contestatario como audaz. Ilusión y polémica sin ajustarse a renglones establecidos. Está y siempre se le espera... en su persona, en su espacio visual.