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Crítica: "It (Eso)", por Javier Collantes

De las novelas y relatos del aclamado autor Stephen King se han adaptado al cine una buena parte de títulos, que, con gran acierto, han dispuesto al lector y, sobre manera, al espectador para las diversas sensaciones, en dos lenguajes diferentes: la escritura en papel y la imagen, libro y película, dentro del universo de King, sobre recuerdos, muertes, terror, secretos en numerosas vertientes del ser humano y una introspección casi analítica en torno a los elementos de una lectura fácil y eficaz, pero impregnada de profundidad narrativa.


Detrás de la superficie subyace algo más que el puro y loable entretenimiento, unas condiciones propicias para atrapar al lector-espectador en submundos tan fantásticos como inquietantes, oscuros y claros exponentes de unos tiempos que recuerdan a otras épocas literarias. Con estas condiciones, sus historias son un camino al miedo, a la insensatez, a la injusticia... En cada tramo de sus líneas maestras, relatos sobre aspectos humanistas rodeados de ciertas reminiscencias del terror: la locura, la mente, los sueños...


Ahora nos llega un film dirigido por el argentino Andy Muschietti que, conservando el espíritu de su Mamá, traslada la versión de la miniserie de 1990 a un contexto de los años 80, sin caer en los tópicos y cuyas referencias conducen, en algunas secuencias, a Carrie, Cuenta conmigo... Desde un punto de vista cinematográfico, It (Eso) nos relata, con cierto desequilibrio, una historia en un pueblo de Maine, en Norteamérica, lugar donde unos niños viven con sus problemas cotidianos: el acoso en muchos tonos, el paso de la niñez a la adolescencia...


Mientras, un payaso llamado Pennywise, que vive en las alcantarillas, asesina y hace desaparecer a los niños de dicha localidad. Cada 27 años vuelve, al tiempo que el mundo de los niños investiga dichas desapariciones. Se interpreta algo de Los Goonies, pero con diferencias, en un tratado más cruel y real. El abuso de golpes de efecto y la aparición en reiteradas ocasiones del payaso rompe su ritmo narrativo, que gana enteros cuando su peso específico recae en sus verdaderos protagonistas: los niños. Sus problemas familiares, los abusos, los cambios, los sentimientos, la idealización, la atracción...  Un verano de acontecimientos para los denominados perdedores.


Un grupo con denominación que cabalga entre el descubrimiento de sí mismos, la pérdida de la inocencia y la llegada de la adolescencia. La intolerancia en un pueblo sombrío, la música de New Kids on the Block y la tartamudez de uno de los miembros del grupo, reflejan el paso del tiempo... It (Eso) es un film aceptable en sus otras lecturas: ambientación, fotografía, nostalgia... pero sin tantos globos. Bufón, dentro de la pista circense de la vida. Flotar sin hinchar, en un aparente 'comfort food'. El alcantarillado de los escondites, un retrato de la sociedad estadounidense de otros tiempos y muy universal. Se deja ver y ya es suficiente.