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Crítica: "Plan de fuga", por Paco España

Once años después del estupendo debut de Iñaki Dorronsoro con La distancia, ahora nos llega este eficiente thriller de acción, lo que pone de relevancia las grandes dificultades que un director novel y prometedor tiene para ponerse al frente de un segundo proyecto -algo más de una década en este caso-. Plan de fuga no es una película que nos vaya a cambiar la vida ni nos mostrará nuevas sendas vitales por las que transitar, en cambio sí nos proporciona un digno entretenimiento de casi dos horas. 


Dorronsoro nos cuenta la historia de un robo espectacular logrando un curioso equilibrio entre lo que se ve -complejo y caro de rodar- y lo que no se ve -las elipsis baratas y sin ningún coste de producción-. Como en otras películas de este tipo, el protagonista es un tipo duro, en este caso en el cuerpo de Alain Hernández, que puede lucir con orgullo sus abdominales -algo que no puede faltar en el cine actual-, conocido por su estupendo trabajo cómico en la no menos magnífica El rey tuerto. El protagonista tiene una relación de amistad importante.


En este caso, el colega es Javier Gutiérrez, metido en el papel de un yonqui que guarda ciertos paralelismos y preparación del personaje con Javier Bardem para Días contados. También aparece una mujer fatal, pero de características físicas nada fatales, interpretada en este caso por la joven de vertiginosa trayectoria reciente Alba Galocha. La estrella del reparto es Luis Tosar, cuyo trabajo resulta tan eficaz como mecánico, logrando con su sola presencia todo lo necesario para un personaje que no requiere ninguna faceta emocional. 


En este tipo de películas suele ser frecuente que tanto el planteamiento como el desenlace tengan mucha acción y sean las secuencias con más recursos y espectáculo de metraje, siendo las partes centrales las que se resienten por la debilidad del guión en esta parte de la narración. En el caso de Plan de fuga, mediado su metraje, hay un giro sorprendente que lleva la acción a un lugar diferente del esperado.


Al mismo tiempo, cobra fuerza y protagonismo Javier Gutiérrez que, con su calidad habitual, nos conduce, a través del personaje con más profundidad de la película, hasta el final del metraje. Plan de fuga no se mantendrá mucho tiempo en la memoria del espectador, pero le puede ayudar a pasar una tarde entretenida viendo una película digna que no ofende.