La primera vez que vi el trailer de esta película, me llamó la atención que esta historia de ficción se desarrollara en una localidad tan real y conocida de la vecina comunidad asturiana. Cuando comprobé que el argumento trataba de un premio de la lotería que cae en un prostíbulo, pensé 'pero qué poco sutil y falto de originalidad'. No me equivocaba.
La película no es nada sutil y alardea de comicidad infantil de 'caca, culo, pedo, pis', como pone de manifiesto la frase de uno de los diálogos: 'agujero con pelo, a joderlo'. El otro pilar cómico lo ponen situaciones de 'slastic' mil veces vistas, como es el caso del personaje que se cae en un prado y su rostro va a parar a una gran boñiga de vaca.
Por todo ello, esta película no me sorprendió ni me decepcionó. Una de sus virtudes es que da lo que ofrece, por eso no decepciona. Lo que sí me sorprendió fue la enorme cantidad de personas presentes en la sala de cine, algo positivo y muy valorable, ya que, puestos a ver una mala película, mejor una española que de otro país, al menos fomentamos nuestra industria y nos servirá para ver películas mejores en otros momentos.
Nacho G. Velilla es un director con una enorme visión comercial y oportunidad a la hora de realizar sus películas. Con anterioridad dirigió "Fuera de carta", "Que se mueran los feos" y "Perdiendo el norte", aumentando en cada título el número de espectadores. En la primera casi un millón, en la segunda mas de un millón y en la tercera casi dos millones. Probablemente, con el título que ahora nos ocupa batirá su propio récord.
El director se da un auto-homenaje poniendo su nombre, a modo de sello de marca, en la placa que inaugura el balneario al final de la película. El argumento es muy simple: la lotería agracia un número que juega un prostíbulo rural y que había repartido entre casi todos los hombres del pueblo, algo que, tras el primer jolgorio, acaba siendo un problema desde el punto de vista conyugal.
El reparto está lleno de estereotipos: el alcalde corrupto de derechas, el concejal progresista con coleta, el tonto del pueblo que no es tan tonto, el cura que también tiene participación y que es negro, además de las correspondiente airadas y ofendidas esposas... Todos ellos, además, asociados a rostros populares: Leo Harlem, Arturo Valls, Carlos Santos (aún con el sobrepeso de su anterior personaje, Roldán, de "El hombre de las mil caras"), Yolanda Ramos...
Macarena García y Jon Plazaola se encargan de poner un exiguo contrapunto romántico envuelto en cinefilia. El punto de mayor intensidad dramática lo pone la gran cómica y actriz Carmen Machi, como la madame del club, el personaje con más hondura y recorrido. De las 50 o 60 situaciones cómicas, he de reconocer que un par de ellas me hicieron gracia, el resto me parecieron demasiado básicas y predecibles, pero no me ofendió y me dio lo que me prometió, muy poca altura de miras.