script

Crítica: "La punta del iceberg", por Javier Collantes

De vez en cuando, el cine español nos sorprende con propuestas liberadoras, auténticas y casi sublimes en contexto, fondo y forma. A este capítulo corresponde, precisamente, el excelente film que nos ocupa, una certera garantía de que nuestro cinematografía no sólo existe sino que, además, contiene calidad fílmica notoria para un relato que salpica conciencias y deja absorto en cada palabra, gesto y mirada.


Este argumento eficaz, directo y brutal, nos conduce a una directiva de una empresa multinacional, encargada de abrir una investigación sobre los suicidios de tres empleados en otra sede de la misma corporación. Intensas entrevistas y perturbadores descubrimientos, un ambiente demoledor, hostil y competitivo sobre el mundo laboral: la presión psicológica, el exceso de horas, los problemas personales...


Basada en la creación literaria del dramaturgo Antonio Tabares, trasladada al teatro y ahora al cine, este retrato socio-económico se desarrolla conforme a una trama absolutamente magistral provista de tantos valores como quilates. Rodada en modo teatral, esta película ofrece un buen pulso en sus planos y secuencias, una excelente banda sonora, una fotografía propia de la intensidad de cada momento y elemento clarificador del relato que nos presenta en una zona de ambientes destructivos. 


Perfectamente estructurada, el aliciente humano queda en manos de los grandes registros interpretativos que definen a la perfección sus respectivos papeles: magistral Maribel Verdú, inmensa Barbará Goenaga y extraordinario Fernando Cayo, acompañados por el relevo generacional de la fresca y tierna madurez de Alex García y la solvencia de los veteranos Carmelo Gómez y Jesús Castejón.


Frente a la pantalla, la sensación real de que estamos viendo, contemplando y entrando en una película necesaria de ser digerida y analizada, pero, sobre manera, su concepción real como gran demostración de cine latente en todos sus vértices, cine de historias destacable por motivos como el estilo o el lenguaje. Cine de verdad y una muestra sobresaliente de las posibles futuras excelencias de David Cánovas, su director.