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Crítica: "Cegados por el sol", por Javier Collantes

Cuando en unos tiempos cinematográficos como los actuales se realizan remakes de títulos clásicos, que en muchas ocasiones carecen del más mínimo sentido, el concepto de arte suele resentirse en sus resultados finales. No obstante, en otras ocasiones, las menos, estas nuevas versiones dignifican el original y, de esta manera, se convierten en homenaje al director, intérprete, argumento...


Esta propuesta del director italiano Luca Guadagnino revisa un gran film francés de Jacques Deray titulado "La piscina", con Alain Delon, Romy Schneider, Jane Birkin... Esta nueva versión nos conduce a Pantelleria Sicilia, lugar de vacaciones de una estrella de rock que se ha quedado afónica y su novio, un cineasta en proceso de recuperación. Ambos se quedarán sorprendidos por la llegada de un antiguo amante y su joven hija.


Este demoledor reencuentro, punto de partida de una historia luminosa en su paisaje pero oscura en sus vertientes emocionales, se baña en las aguas de la sensualidad carnal y la pasión sinuosa. Entre deseos, celos y sospechas, este relato es un perfecto combinado de personajes que permanecen y se sustentan entre el pasado, la posesión y el engaño. La catarsis de la condición humana llevada hasta sus extremos en una historia de amor perdida.


Desde una puesta en escena impecable, este film queda ajustado a una cámara bien enfocada, una simetría del plano y una localización perfectamente fotografiada que, a modo de metáfora, nos habla del factor humano en sus múltiples complicidades. Equilibrada en su narración, el desarrollo del metraje en forma de suspense deriva en una baza narrativa más endeble su parte final.


A pesar de esto, esta película posee calidad, emoción y sentido con unas interpretaciones realmente prodigiosas. Por encima de todos, el consagrado Ralph Fiennes, especialmente con dos secuencias inolvidables: una en el baile de una canción de los Rolling Stones y otra en un karaoke, que son inolvidables. El cuarteto lo completan la magnífica y espléndida Tilda Swinton, un Matthias Schoenaerts sobresaliente y la 'lolita' moderna, atractiva y difusa, Dakota Johnson.


En un escenario único, cálido y refrescante, cuatro personajes en proceso de erupción entregan con maestría el cuerpo de un film que desentraña muchas cuestiones. Una buena muestra de cine que pertenece a otra época más libre y liberadora. Un juego peligroso, una forma de sucumbir a las evidencias, una película sobre el reencuentro con la realidad presente y los sueños pretéritos perdidos.