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"Las peores películas de 2015", por Jesús Caro

2015 no ha sido un mal año, refiriéndome a su conjunto cinematográfico, y, mientras todo tipo de revistas y críticos de renombre confeccionan sus listas con lo mejor y más destacable, a mi me sobran semanas para recopilar lo más lamentable, aquellos títulos que, según mi total y absoluta subjetividad, cualquier amante del séptimo arte debería evitar ver.


Butaca 13-1
"Dando la nota. Aún más alto"


Nunca un título ha estado más acertado. A excepción de los números musicales, en especial los realizados por el grupo Das Sound Machine -los 'malos' de la película, la cinta da el cante por la simpleza de su argumento y la pobre estética visual, más acorde con un telefilm de sábado por la tarde. Para colmo, sus 115 minutos de duración se hacen eternos entre gags humorísticos de lo más simples y personajes planos y vacíos.


Butaca 11
"Obsesión"


Jennifer López interpretando a una mujer separada, que se lía con un hombre más joven que ella. Vamos, ¡como si de su vida cotidiana y real se tratase!. El joven, de muy buen ver, es su alumno y vecino, que se obsesiona por ella y se las hace pasar canutas durante gran parte de la cinta. Uno pensaría que los guionistas de este film han decidido copiar las premisas básicas de filmes como "Atracción fatal" o "Fanática", no estrujándose demasiado las neuronas para que el director Rob Cohen desarrolle esta historia trillada hasta la extenuación, carente de tensión y nulo erotismo.


Butaca 10
"Eliminado"


Intento bochornoso de producir miedo al espectador, que convierte la pantalla de cine en un enorme monitor donde se intercalan ventanas de Google, Facebook y Skype de manera alborotada mientras el malo de turno va acabando, uno a uno, con los personajes de la función, cuya destreza con las nuevas tecnologías es directamente proporcional a su falta de inteligencia y responsabilidad. Pobre alegato sobre las consecuencias del mal uso de internet.


Butaca 9
"San Andrés"


Una de las mejores comedias involuntarias del año. Gran despliegue de efectos especiales, durante casi dos horas, entre situaciones descabelladas, incoherentes y tópicas que provocan sonrojo y bochorno. Brad Peyton, el director, se acerca más a "Sharknado" que al estilo Emmerich en esta catastrófica aventura a la que le sobran músculos y le falta sentido común.


Butaca 8
"Ted 2"


Desconozco si es condición indispensable fumar algún tipo de sustancia, como los protagonistas, para poder disfrutar de las nuevas andanzas de los 'compitruenos', más estúpidos, soeces y con menos gracia de lo esperado (¡que no era mucho, la verdad!). Desvanecido el supuesto factor sorpresa de su premisa inicial, el humor zafio se intercala con un cierto tono de sensiblería que consigue hacer, si cabe, más insoportable el resultado final.


Butaca 7
"Paddington"


Otra de osos, éste más bueno, inocente e indefenso, quizá demasiado, con un humor extremadamente blanco que no llega ni a entretener ni a enternecer. Lo peor de todo es ver a la oscarizada Nicole Kidman rebajándose a participar en este tipo de productos.


Butaca 6
"Dale duro"


El titulo de esta 'comedia' inspira al espectador que la ha sufrido a darles un escarmiento a los responsables que la han perpetrado: desde un guión bastante plano, lleno de tópicos raciales repetitivos y obvios, con toques homofóbicos y una pareja de actores totalmente desaprovechada. Hart repite tanto rol como actuación cómica de trabajos anteriores, sin ningún tipo de frescura, y Ferrell no alcanza el nivel esperado, no arranca ni media sonrisa durante toda la duración de la película.


Butaca 5
"4 Fantásticos"


El rejuvenecimiento coral de esta tropa de superhéroes esconde un interés más monetario, de cara a realizar una franquicia, que a contar una buena historia y desarrollar unos personajes con mucho potencial. Todo ello desaprovechado en un soporífero primer acto de presentación, que no consigue despertar interés ninguno, con tan solo 10 minutos de acción al final de la misma, que deja bastante que desear, y unas más que pobres interpretaciones de Milles Teller o Kate Mara, un desaprovechado Jamie Bell y, sobre todo, la falta de carisma como villano descafeinado de Toby Kebbell.


Butaca 4
"La mujer de negro: el ángel de la muerte"


Una correcta ambientación es lo único que se puede destacar de esta tópica y lenta historia de fantasmas que se apoya en la música y los efectos sonoros, además de un exceso uso de oscuridad (mucha oscuridad) que provoca un enorme sopor al espectador y total indiferencia ante las dosis de drama de los protagonistas. El logro es mantenerse despierto hasta el final.


Butaca 3
"Sweet Home"


No pasará a los anales de la historia cinematográfica como la más original: su argumento está muy trillado y las situaciones que se dan en ella recuerdan vagamente a "La habitación del pánico", "Los extraños" o, incluso, "The Purge". No se saca partido a un escenario claustrofóbico, con muchas posibilidades, y una pareja protagonista que lleva escrito en la frente 'acaben conmigo lo antes posible', ante su poca destreza y exceso de estupidez a la hora de sobrevivir en una situación de vida o muerte. Lo terrorífico es pagar por ver semejante subproducto.


Butaca 2
"The Interview"


Una comedia muy tonta, quizás demasiado, ensalzada por la polémica creada al retratar de una manera muy caricaturesca al jefe de Estado de Corea Del Norte Kim Jong, aquí reconvertido en una loca admiradora encubierta de los EEUU y de Katy Perry (suena tantas veces el tema "Firework" que termino por pillarlo más asco aún si cabe). Situaciones presumiblemente cómicas, que se alargan en exceso y que provocan vergüenza ajena, falta de ritmo y, para colmo, James Franco hace una de sus peores actuaciones, sobreactuado, cargante y muy pero que muy gesticulante, formando, además, junto a Seth Rogen una pareja propia de bodrios como "Bio-Dome" o "Dos colgaos muy fumados", en este largo y grosero chiste sin gracia. Lamentable.


Butaca 1
"Project Almanac"


Cinta del género de metraje encontrado, con estética de grabación chapucera y mareante que, con un punto de partida interesante como pueden ser los viajes en el tiempo, aquí se utiliza de excusa para vender una sensiblera y poco creíble historia de amor, donde suenan los últimos temas de moda en la MTV, presentando unos protagonistas, con escasa responsabilidad, que apenas saben formar una frase correctamente pero con suficientes neuronas para crear una máquina del tiempo (¡!) y escaparse al Festival de Lollapalooza, sufriendo no pocas veces las consecuencias del 'efecto mariposa'. Este viaje sólo tiene un destino: la pérdida de casi 100 minutos de tiempo.