En modo y forma de thriller erótico, con mezclas de cine negro en su segunda categoría, así nos llega una historia mil veces vista con distintos resultados en su desarrollo narrativo. Una cinta de calibre b, con las posiciones de telefilm al uso, hinchada para la pantalla grande, con una dirección justita y un ritmo secuencial previsible. A pesar de dichas circunstancias, esta película se deja ver.
Es floja, sí, pero entretiene sin más en el caso de que el nivel de exigencia sea menor. Una historia entre una profesora, a punto de divorciarse, y el nuevo vecino y amigo de su hijo con el que inicia una aventura, una relación de tonos inquietantes, elementos psicópatas de un argumento demasiado utilizado en títulos muy superiores como "Atracción fatal" o "De repente un extraño".
Esta 'obsesión' muestra un trazado más lineal y menos sorprendente. Entre los capítulos a destacar, la presencia de Jennifer Lopez, la única interpretación destacable de un reparto penoso, en especial Ryan Guzman, un desastre en su papel de chico susceptible a las variaciones psicológicas. Una de tantas películas que no aburre, pero percibes escasa fuerza en su argumento, una paleta de colores sin mucho brillo y brochazos sin control.