Patxi Amezcua dirige "Séptimo", su segundo largometraje tras "25 kilates". Se trata de un thriller sobre el secuestro de dos niños y la búsqueda del responsable (y sus motivos para hacerlo). Todo comienza con una escena cotidiana. El padre (Ricardo Darín) y sus dos hijos juegan a ver quién llega primero a la calle desde un séptimo piso: si el padre en el ascensor o los niños por las escaleras.
Cuando el padre llega a la planta baja, los niños han desaparecido. Al asegurar el portero del inmueble que él no ha visto salir a los niños, la búsqueda de los pequeños se centra en el edificio. Lo que podía haber sido un punto de partida interesante, para desarrollar una historia de suspense, se convierte en algo monótono que no consigue implicar al espectador. A lo largo del film nos hacen sospechar de muchos de los personajes y ver diferentes motivos para secuestrar a los niños, todos ellos fundamentados en una venganza contra el padre protagonista.
El personaje de la madre, interpretado por Belén Rueda, aporta bastante poco a lo largo de la película y la carga dramática recae sobre el argentino. La búsqueda de los niños, lejos de provocar suspense en el espectador, resulta tediosa y ni tan siquiera la buena actuación de Darín nos hace empatizar con su personaje. En la interpretación de Belén Rueda no queda ni rastro la angustiosa búsqueda de su hijo en "El orfanato". Ni siquiera la sorpresa final acaba con la sensación de haber perdido el tiempo.