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Crítica: "El Llanero Solitario", por Jesús Caro

La adaptación cinematográfica del héroe clásico, protagonista en sus inicios de programas de radio y televisión allá por el año 1933, ha sido la excusa perfecta para el equipo responsable de la saga "Piratas Del Caribe", con Jerry Bruckheimer a la cabeza como máxima garantía (avalado por títulos como "Top Gun", "La búsqueda", "La Roca" o "Armageddon"), para ofertar al gran público una cinta de dudable trascendencia cinematográfica (más allá del consumo fácil para una amplia gama de espectadores) y el entretenimiento sin complejos en el cual se mezclan la comedia clásica, la acción hiperbólica y exagerada o la 'buddy movie' más descarada, entre otros géneros.


El guión de la misma, obra del tándem Ted Elliot & Terry Rossio -y retocado por Justin Haythe ("Revolutionary Road")-, resulta de lo más sencillo: grupo de Rangers de Texas que sufre el ataque de unos forajidos; el indio, de nombre Tonto, encuentra al que resulta ser único superviviente, el Llanero Solitario; y, desde entonces, al más puro estilo 'película de colegas', ambos buscarán venganza y hacer triunfar la justicia. En definitiva, una acumulación de situaciones divertidas, en pos del divertimento del gran público, con mucha acción e intercalada con momentos más 'serios' (quizá necesarios para dotar de cierto alma y sentido a semejantes peripecias).



Gore Verbinski no termina de pillarle el pulso a una cinta desigual, intentando recorrer demasiados caminos y diferentes tonos. "El Llanero Solitario" resulta una rareza en el contexto general como western: disparatada (en especial cuando los personajes son cuasi presentados como 'cartoons animados' protagonistas de escenas de acción imposibles), moderna, espectacular (en especial la secuencia final con dos trenes), ingeniosa (con alguna que otra sorpresa para el espectador), cómica (Depp magnífico como contrapunto cómico al 'héroe' de la función y golpes humorísticos sencillos pero de lo más eficaces) y pinceladas dramáticas (la muerte de familiares o las cargas existenciales) para un film altamente disfrutable y tremendamente entretenida, que en los tiempos que corren ya es mucho.