Terrence Malick sólo será recordado por tres interesantes películas: "Malas tierras", "Días de cielo" y "La delgada línea roja". Desde hace más de 20 años, su carrera cinematográfica estaba estancada... hasta que, con las nuevas cámaras digitales que permiten grabar horas y horas, el 'bueno' de Malick nos castigó con su desorientada "El árbol de la vida".
Los pocos amantes de su cine pensamos que, como en los tiempos actuales hay mucha crisis económica y hay que pagar facturas, Malick había realizado la película por problemas financieros... y he aquí que nos llega, con dos años de retraso y seis montadores distintos, "To the wonder". Rodada entre Francia y Bartlesville (Oklahoma), su nueva propuesta nos muestra a un Ben Affleck con cara de palo y un cuerpo tatuado a más no poder, a una Olga Kurylenko totalmente desorientada y a una ¿estupenda? Rachel McAdams. Todos ellos a las órdenes de un realizador que les dió libertad de movimientos y de acción.
Pues bien, visto el film, sólo nos queda decir que "To the wonder" es una tomadura de pelo y que ciertos críticos deberían revisar su concepto del cine y no ir de modernos, porque las películas, aunque cierto es que contiene alguna imagen muy bella, no es dejar a los actores sueltos y que hagan lo que les de la gana. "To the wonder" se parece a esas 'peliculitas' que se traen los novios de su luna de miel.
¿Y lo de Bardem?. Un auténtico despropósito. Se supone que interpreta a un sacerdote con problemas de fe. En lugar de mostrar en pantalla a un cura atormentado, vemos a un cura dando vueltas por los barrios humildes, con cara de circunstancia y como pensando: '¿Qué hay de lo mío?' o '¿Cuándo se cobra?'. En fin, no deseo ser cruel con "The wonder", sobre todo porque el exhibidor santanderino tiene que abonar muchas facturas y no quiero espantar a los posibles espectadores.