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Atilano, el Lincoln 'de andar por casa'

Bueno, pues si Spielberg se saca de la manga su "Lincoln" para sumarlo a otras grandes 'biopics' de políticos de EEUU, como "Mi nombre es Harvey Milk" y otras películas políticas como "JFK", "Todos los hombres del presidente" o "Todos los hombres del rey")..., aportemos nosotros nuestra versión chusca sobre la política española. Ahora que están tan de moda las cuentas en Suiza, la hegemonía bancaria sobre la política y demás, vamos a analizar este esperpento que, de la forma más burda, pretende hacer chistes con la corrupción, la falta de principios y otra serie de tópicos sobre el tema político.
Atilano es un funcionario de un tanatorio que se dedica a vaciar las cuentas bancarias de los difuntos haciéndose pasar por ellos. ¿Cómo lo hace?. Pues haciendo una fotocopia del DNI (para que se distinga menos su cara) y robándoles un dedo (¡tal cual suena!) para poner su huella dactilar como firma de la transacción. ¿Os parece inverosímil?. Sí, lo es. Mientras tanto, un aquelarre formado por la banca vaticana, un fondo de prestamistas y uno de los bancos más importantes de España, está haciendo cábalas para ver qué candidato a las elecciones les es más beneficioso que gane. Incluso tienen un partido propio que actúa como bisagra para conseguir estar siempre en el poder. Se permiten, incluso, el asesinar a su principal candidato, lanzándolo desde la azotea del propio edificio del banco (¡y nadie hace preguntas, oiga!).
Pues el finado que llega a la funeraria de Atilano y, éste, como es tradición, comienza con sus planes para conseguir dinero: por un lado, intenta vender el cadáver a la Universidad de Medicina, pero no puede, porque el muerto era donante de órganos y está vacío; por otro, cumplen el trámite de sustraer el dedo índice al cadáver para su posterior viaje al banco y, como no les ha dado tiempo a incinerar el cuerpo, ¡¡rellenan la urna con ceniza de tabaco!!. ¡¡Vengaaaa!!. Total, que cuando Atilano va a dar el sablazo a las cuentas bancarias, los del partido del difunto le descubren... y ¿qué hacen?. ¿Denunciarle?. ¡¡Mucho mejor!!. ¡¡Le convierten en candidato a la Presidencia del país (cuando se supone que queda menos de un mes para las elecciones)!!.
A partir de aquí, todo es un desvarío alejado totalmente de cualquier cosa que se pueda parecer, aunque sea remotamente, a la realidad... exceptuando algunos puntos que nos recuerdan a algunos episodios ocurridos en este país con cierto ex-Presidente del Gobierno (el que no debe ser nombrado... uhhh), tales como un atentado terrorista contra coche oficial en el que, en este caso el candidato, sobrevive ileso gracias al blindaje y afirma que 'Dios quiere que sea Presidente' (¿no os recuerda nada a alguien que haya escrito recientemente sus memorias?).
También se nos muestra a los otros dos candidatos totalmente estereotipados como idiotas integrales: uno, el Presidente que se presenta a la reelección, como alguien que no es capaz de hablar en público sin un apuntador que le recuerde el discurso; el otro, el principal líder de la oposición, como un mendrugo incapaz de hacer un discurso coherente y vendiéndose al mejor postor. Mientras tanto, Atilano apela al populismo para que voten a su partido, el PR, del que nunca llegamos a saber qué significan exactamente las siglas (y ni el propio Atilano lo sabe y así lo demuestra en un mitin, probablemente lo más destacable de toda la película, en el que expone su 'programa').
Todo lo demás es el desconocimiento total del sistema de partidos, del funcionamiento interno de éstos (permitiéndose el lujo de afirmar que los bancos 'despiden' a los miembros de su partido bisagra), que los banqueros maten gente porque sí sin que nadie sospeche nada (matando a la asistente personal de Atilano ¡¡con una aguja de acupuntura!!) y, sobre todo, un montón de chistes sin ningún tipo de gracia, con unas interpretaciones hipersosas, que no transmiten nada y un guión tan lineal, cutre y mal perfilado que acaba de la forma más patética que podría ser posible... y que no os voy a contar, aunque dad por hecho que Atiliano será Presidente. Por cierto,¿será coincidencia que Atilano Presidente tenga el mismo acrónimo que Alianza Popular?. Dejaremos a Iker Jiménez que investigue al respecto...
¡Anda que no da de sí el mundillo de la política para intentar hacer una comedia con gracia y no esta aberrante sucesión de gags (por llamarlos de alguna forma)! Esta es otra de esas comedias que, pretendiendo hacer reír y no consiguiéndolo, te lleva al sopor y a sufrir por vergüenza ajena. Con lo que sí me quedo es con la reflexión final de Atilano, ya que es trasladable a la situación política de hoy: 'Hay dos clases de personas: los vivos y los muertos. Yo tengo que dar gracias por haber timado a todo un país y seguir vivo' (Atilano Bermejo).