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Videocrítica+crítica: "El caballero oscuro: la leyenda renace", por Javier Collantes+Pelayo López

Esta semana, el objetivo cinematográfico de nuestro videocrítico particular ha sido la última aventura del 'hombre murciélago', que culmina la trilogía de Christopher Nolan. Con un reparto continuista -Christian Bale, Gary Oldman, Michael Caine, Morgan Freeman...-, e incorporaciones varias -Anne Hathaway, Tom Hardy, Marion Cotillard...-, el cierre del 'reboot' resulta ser una 'anárquica' oda a las extremas vinculaciones entre las eternas aspiraciones de la 'plebe', una vez más encarnadas en las gentes de Gotham, y sus manipulaciones 'populistas' por parte de los tentáculos 'sombríos', en este caso personificados en Bane, nuevo rival de un 'caballero oscuro' sumido en una zozobra emocional, y una Catwoman, entre dos aguas, más encorsetada estilísticamente pero mucho menos felina que sus predecesoras con más garra (Michelle Pfeiffer y Halle Berry).
Este enfrentamiento dialéctico y físico entre los dos personajes centrales antagónicos, por supuesto 'hermanados' con un 'truco final', segmenta el extralargo metraje en dos mitades abatibles. La primera mitad, mucho más arrítmica e introspectiva, recupera la situación de los personajes principales en un 'tablero de ajedrez' urbano sobre el que se desplegará el 'plan'. En este contexto, con la recuperación mental y física del letargo voluntario de Batman como eje principal, los 'submundos' se configuran una vez más como territorios propicios para conspiraciones crecientes, resquebrajamientos socioeconómicos que no entienden de leyes y que asaltan la 'banca' para ser vendidas cual 'Robin Hood' de humo irrespirable -por cierto, puede leerse cierta interpretación de la actualidad internacional en algunos fragmentos de la película-.
Después de 'cracks económicas', confrontaciones 'cuasi-paternales', debates energéticos sobre presentes 'futuribles', ritmos cardiacos que se recuperan con el roce dela piel... la segunda parte resulta ser, entre toma y toma aérea retocadamente efectista, una 'zona cero' bajo amenaza nuclear, el regreso 'anunciado' de un Batman, previo paso por el 'mito de la caverna', convertido en Snake Plissken para luchar contra un villano recién salido, por momentos, de "El imperio del fuego" y reflotar así, al alza, sus acciones como superhéroe. Pese a todo, Christopher Nolan no sale victorioso. Su obra sí, él no.
Distanciamiento cordial para una implicación máxima requerida, con un montaje díscolamente apático. No hay tanto acción como parece, ni narrativa ni coreográficamente. Del reparto, Christian Bale vuelve a 'mutar' físicamente para ofrecer la dualidad necesaria y encarnar a un héroe 'cuerdo', Anne Hathaway resulta 'mininamente' adiestrada, Marion Cotillard recuerda estar hecha para menús más exquisitos... y destaca, sin duda, Joseph Gordon-Levitt ("Origen"), actor a ser tenido en cuenta no sólo en 'blockbusters'. Por otro lado, hundido en el 'exilio' compositivo, la partitura de turno de Hans Zimmer no encaja en esta entrega 'alada' como lo haría en cualquier otra película de batallas navales, por ejemplo "Battleship". ¿Muerto el perro muerta la rabia?. Pues no. Ni lo uno ni lo otro. ¿Testimonio final?. La responsabilidad de un traje. Hasta ser superhéroe cansa. Robin toma el relevo.
A continuación, nuestro JC despliega sus alas videocríticas sobre Batman, Bane... y, sobre todo, Catwoman. ¿Se habrá dejado tentar por sus armas de seducción?. ¿Y por los gadgets del 'hombre murciélago'?. ¿Seguirá en el bando de los buenos o se habrá pasado a 'La liga de las sombras'?.
Y la próxima semana... seguramente, 'marchaaa, marchaaa'.