Según un estudio FACUA-Consumidores en Acción en el que se compara el precio de una entrada de cine en días laborables en 138 cines de las 50 capitales de provincia y las 2 ciudades autónomas, el cine ha subido un 36% en los últimos siete años, casi 17 puntos por encima del IPC, pasando de 4,80 euros en 2004 a 6,52 euros en 2011. Además, por si fuera poco, entre los cines objeto de estudio se han detectado diferencias de hasta el 80%, oscilando los precios, en días laborables, entre los 4,50 y los 8,10 euros. Dos preguntas inmediatas: ¿cómo queda el cine en Santander en este estudio? y ¿cuál es, a vuestro entender, el precio objetivo de una entrada de cine en nuestra región?. Siempre nos quejamos del precio de las entradas de cine, pero ¿y si tuvieses que poner tú el precio?.
Una entrada de cine cuesta, actualmente, una media de 6,52 euros los días laborables, una cifra que aumenta los fines de semana, los días que se consideran con más afluencia de público, cuando el precio alcanza los 6,64 euros, un 1,8% más que en días laborables. Según el estudio, A Coruña, Albacete y Oviedo son las capitales más caras, ya que una entrada cuesta 7,50 euros de media en días laborables. Le siguen Alicante y Barcelona, donde hay que abonar 7,35 y 7,32 euros de media, y Madrid con 7,29 euros. En cuanto a los precios medios más bajos, son los de Melilla (5,00 euros) seguidos de Almería, Granada y Zamora (5,50 euros). En el caso de Santander, la entrada normal en días laborables cuesta 6,27 euros, mientras que los fines de semana se encarece hasta los 6,70 euros. Curiosamente, de los 138 cines encuestados, los más baratos de los analizados son uno de Granada, donde la entrada un día laborable cuesta 4,50 euros, seguido de otro de Melilla con un importe de 5,00 euros, junto con otro de Almería, Córdoba y uno de Santander.
La gran mayoría de los cines ofrecen precios especiales en determinados días de la semana, como el del espectador, y sesiones matinales y de madrugada que también cuentan con precio reducido. El día del espectador varía según la ciudad, aunque se aplica el miércoles o el lunes en la gran mayoría de los cines encuestados. La entrada cuesta 5,28 euros de media en los cines que ofrecen esta tarifa reducida (131 cines de los 138 analizados), aunque en Santander se incrementa hasta los 5,55 euros/entrada el día del espectador.
El estudio comparativo de FACUA contempla también las salas en 3D de España, ya que, de los 138 cines encuestados, 92 cines, el 67%, tienen posibilidad de proyectar salas con 3D. El precio medio de una película de estas características un día normal es de 8,80 euros, un 35,0% por encima de los 6,52 euros de las películas en 2D. En el caso de Santander, la entrada 3D un día laborable es de 8,70 euros. En la mayoría de los cines con 3D, el precio de una entrada en días laborables se mantiene los fines de semana y festivos, algo que no ocurre en Santander, donde las películas en 3D se rebajan el día del espectador hasta 7,30 euros y se incrementan los fines de semana hasta 9,20 euros.
Al margen del precio de la entrada, y ya que cuesta lo que cuesta ¿por qué no hacer uso del derecho al pataleo?, FACUA denuncia la imposición ilegal que establecen muchos cines de entrar en las salas exclusivamente con bebidas o alimentos adquiridos en el interior de sus recintos, cuyos elevados precios llegan a ser, en el caso de los refrescos, hasta cinco veces más caros que en otros establecimientos. La asociación recomienda a los usuarios afectados que exijan hojas de reclamaciones para denunciar estas irregularidades, ya que la citada imposición es una cláusula abusiva establecida en el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
Otra crítica habitual es la falta de un buen aislamiento acústico entre salas o en relación al exterior de muchos cines, a lo que se añade otra queja frecuente de los consumidores en torno a las primeras filas de muchos cines, que están extremadamente cerca de la pantalla, suponiendo tanto una incomodidad como la pérdida de calidad en el visionado de la película.
FACUA también pone de manifiesto que, en muchos multicines, la falta de operarios suficientes para controlar las proyecciones hace que sean los espectadores quienes tengan que avisar cuando se produce una avería, la película se para, se queda sin sonido o imagen, o la calidad es deficiente. Por otro lado, la organización indica que los usuarios también deben exigir que las salas, al igual que los lavabos, se limpien entre cada sesión. También hay quejas en cuanto a la falta de puntualidad en el comienzo de la película con respecto a la hora indicada en la entrada, debido a la inclusión de una cantidad excesiva de publicidad en ciertas salas.
Asimismo, los espectadores se llevan sorpresas desagradables en ciertos multicines cuyas salas tienen grandes diferencias en el tamaño de las pantallas, exhibiéndose en algunos casos las producciones en auténticas cajas de cerillas. FACUA recomienda a los usuarios que soliciten información antes de comprar la entrada sobre las dimensiones de las pantallas, un dato que los cines deberían exhibir en las taquillas.
Y, a todo ello, se suma la mala calidad de determinadas películas en 3D que se estrenan en este formato por aprovechar su tirón comercial y aumentar los ingresos en taquilla, pero introduciendo los efectos en la fase de posproducción de forma chapucera, para sufrimiento de los espectadores.
¿Quién esté libre de haber experimentado alguna situación similar que tire la primera piedra?. Respecto al precio de las entradas, a pesar de las oscilaciones que la media oculta, resulta que Santander está más cerca del vagón principal con Madrir, Barcelona, Valencia, Oviedo... que de los puestos de otras ciudades de condiciones más similares. Volviendo al principio, ¿qué precio pondrías tú a una entrada de cine?.
La gran mayoría de los cines ofrecen precios especiales en determinados días de la semana, como el del espectador, y sesiones matinales y de madrugada que también cuentan con precio reducido. El día del espectador varía según la ciudad, aunque se aplica el miércoles o el lunes en la gran mayoría de los cines encuestados. La entrada cuesta 5,28 euros de media en los cines que ofrecen esta tarifa reducida (131 cines de los 138 analizados), aunque en Santander se incrementa hasta los 5,55 euros/entrada el día del espectador.
El estudio comparativo de FACUA contempla también las salas en 3D de España, ya que, de los 138 cines encuestados, 92 cines, el 67%, tienen posibilidad de proyectar salas con 3D. El precio medio de una película de estas características un día normal es de 8,80 euros, un 35,0% por encima de los 6,52 euros de las películas en 2D. En el caso de Santander, la entrada 3D un día laborable es de 8,70 euros. En la mayoría de los cines con 3D, el precio de una entrada en días laborables se mantiene los fines de semana y festivos, algo que no ocurre en Santander, donde las películas en 3D se rebajan el día del espectador hasta 7,30 euros y se incrementan los fines de semana hasta 9,20 euros.
Al margen del precio de la entrada, y ya que cuesta lo que cuesta ¿por qué no hacer uso del derecho al pataleo?, FACUA denuncia la imposición ilegal que establecen muchos cines de entrar en las salas exclusivamente con bebidas o alimentos adquiridos en el interior de sus recintos, cuyos elevados precios llegan a ser, en el caso de los refrescos, hasta cinco veces más caros que en otros establecimientos. La asociación recomienda a los usuarios afectados que exijan hojas de reclamaciones para denunciar estas irregularidades, ya que la citada imposición es una cláusula abusiva establecida en el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
Otra crítica habitual es la falta de un buen aislamiento acústico entre salas o en relación al exterior de muchos cines, a lo que se añade otra queja frecuente de los consumidores en torno a las primeras filas de muchos cines, que están extremadamente cerca de la pantalla, suponiendo tanto una incomodidad como la pérdida de calidad en el visionado de la película.
FACUA también pone de manifiesto que, en muchos multicines, la falta de operarios suficientes para controlar las proyecciones hace que sean los espectadores quienes tengan que avisar cuando se produce una avería, la película se para, se queda sin sonido o imagen, o la calidad es deficiente. Por otro lado, la organización indica que los usuarios también deben exigir que las salas, al igual que los lavabos, se limpien entre cada sesión. También hay quejas en cuanto a la falta de puntualidad en el comienzo de la película con respecto a la hora indicada en la entrada, debido a la inclusión de una cantidad excesiva de publicidad en ciertas salas.
Asimismo, los espectadores se llevan sorpresas desagradables en ciertos multicines cuyas salas tienen grandes diferencias en el tamaño de las pantallas, exhibiéndose en algunos casos las producciones en auténticas cajas de cerillas. FACUA recomienda a los usuarios que soliciten información antes de comprar la entrada sobre las dimensiones de las pantallas, un dato que los cines deberían exhibir en las taquillas.
Y, a todo ello, se suma la mala calidad de determinadas películas en 3D que se estrenan en este formato por aprovechar su tirón comercial y aumentar los ingresos en taquilla, pero introduciendo los efectos en la fase de posproducción de forma chapucera, para sufrimiento de los espectadores.
¿Quién esté libre de haber experimentado alguna situación similar que tire la primera piedra?. Respecto al precio de las entradas, a pesar de las oscilaciones que la media oculta, resulta que Santander está más cerca del vagón principal con Madrir, Barcelona, Valencia, Oviedo... que de los puestos de otras ciudades de condiciones más similares. Volviendo al principio, ¿qué precio pondrías tú a una entrada de cine?.