script

Crítica: "Adele y el misterio de la momia", de Luc Besson, por Pelayo López

Luc Besson me parecía un realizador y productor visionario. Para muchos, el francés no es más que un especulador taquillero; a un servidor le da la sensación de que muchos otros han perdido la perspectiva de que las películas, además de para dar rienda suelta a su creatividad y a sus tendencias ególatras, son también productos comerciales para el gran público. Por eso me gustaba Besson, porque sabía dar con ese toque mixto. Sin embargo, en este último proyecto el galo no sabe sacarle punta al carácter aventurero, ni siquiera al magnetismo que destila su protagonista.

Louise Bourgoin, popular actriz de televisión del país vecino, no desborda su naturalidad y talento encorsetada por el realizador, hasta el punto de que su papel sufre notorias ausencias cuando se supone es la protagonista. Ella es Adele Blanc-Sec, un personaje “pseudo-indy” adaptado del cómic de Jacques Tardi, una periodista parisina de principios del S.XX que pretende resucitar a la momia del médico del faraón Ramsés II para que cure a su hermana catatónica.

Nada de civilizaciones antiguas salvo algún breve esbozo. Ningún humor más que el sinsentido, salvo el momento perodáctilo- científico o los episodios “camaleónicos”. El recurso de la voz en off aburre, de hecho la cinta se hace eterna. Ciertos tópicos están muy presentes, como el arranque de la cinta en el famoso “molino rojo” parisino. Afortunadamente, la BSO de Eric Serra nos da un respiro, y los efectos especiales están muy bien logrados e insertados, destacando el París de la época.