script

Crítica: "Todo lo que tú quieras", de Achero Mañas, por Ana González

“Las cuerdas de las liras de los poetas modernos son inmensas cintas del celuloide”. Esto lo dijo Franz Kafka. Achero Mañas, en esta última obra, como ya hiciera en sus dos películas anteriores, “El bola” y “Noviembre”, continua siendo fiel a la frase de Kafka y nos muestra una película que es una poesía de principio a fin, planteándonos uno de los problemas actuales de la sociedad: la desestructuración familiar y sus consecuencias para los hijos y para quien los pierde y se los tiene que volver a ganar con sacrificios por encima de cualquier otra cosa, sin bajar la guardia día a día minuto a minuto.

En la película de Mañas, el planteamiento es la viudez de un hombre joven, Leo (Juan Diego Botto), que no sólo tiene que proteger a su hija de cinco años Dafne (Lucía Fernández) del sufrimiento y desamparo tras la perdida de su madre, sino que también tiene que ganársela como padre, y para esto no sirve solo dar amor a su hija, es hacerle sentir que su hogar es seguro, que puede dormir tranquila porque él, su padre, vela por ella al igual que lo hacía su madre. El transformismo de Leo (Botto) para que su hija siga sintiendo la presencia de su madre, puede parecer exagerado pero estamos ante una metáfora sobre la responsabilidad de los padres hacia los hijos. Pero la película es más.

Está José Luis Gómez en el papel de Alex, un actor homosexual, viejo y transformista, olvidado y abandonado por su hijo debido a sus tendencias sexuales (en las escenas donde aparece este actor en su camerino desmaquillándose, veía a Charlot en “Candilejas”). Éste ha sido su mayor sufrimiento a lo largo de su vida. Y hay más, la violencia de una sociedad compulsiva en sus comportamientos, en este caso hacia Alex, que vestido de mujer le creen homosexual. Pero bien pudiera ser agredido porque sólo pasaba por allí. También está Lucía Fernandez, una niña de cinco años que sólo con sus miradas nos transmite todo un mundo donde los niños no sólo perciben quien les quiere sino también quien les protege. En el abrazo final a su padre, comprometido, su cara lo dice todo.

Trabajo, entiendo, de Achero Mañas, que nos ha hecho una película como si de una obra de teatro se tratase, pero con muchos actos donde los actores pueden lucirse bajo su batuta,encabezados por un espléndido como siempre y desde siempre José Luis Gómez, seguido por Juan Diego Botto en su mejor papel hasta ahora. Fantástica Lucía Fernández. ¿Será el próximo Goya como actriz revelación?. Y todos los secundarios, estupendos aunque sean escasas sus escenas (a un actor como a cualquier artista se le valora por la calidad de su trabajo no por el tiempo que aparece en escena). Quizás se queda un poco atrás Najwa Nimri, personalmente es una actriz a la que nunca he visto metida de lleno en sus papeles.

Mañas se lo ha puesto difícil a Fernando León de Aranoa, que también estrena en breve. Esperemos que sea mejor que la sobrevalorada “Princesas”. Achero Mañas se arriesga, se cree lo que nos cuenta y se lo curra. Este es el camino para que el cine español nos vuelva a ilusionar. Es sin duda la mejor película que he visto este año. Enhorabuena.