script

Crítica: "Kick-ass: listo para machacar", de Matthew Vaughn, por Ana González

Habiendo leído las pre-criticas de la película (que supuestamente, según yo entendí, parodiaba al super-héroe de poderes mágicos y un mundo tan peligroso para los jóvenes como es Internet), fui corriendo al cine esperando reír mucho y pasar un buen rato, que buena falta nos hace a casi todos. Habitualmente no soy fan de películas de super-héroes a no ser que éstos sean de verdad, es decir de carne y hueso. Me viene a la cabeza “Gran Torino” de Clint Eastwood, estos héroes anónimos son los que hacen que el mundo sea un lugar más seguro para sobrevivir al caos que nos ha tocado.

¿Qué me encontré?. Una película que de graciosa no tiene nada. Estos superhéroes de pacotilla no tienen poderes “mágicos”, pero tienen todos los poderes con los que se puede contar en el siglo XXI, LAS ARMAS de todo tipo y condición, que salvo el protagonista o “chico de la peli” (que se queda en mera anécdota), los demás, sobretodo una superheroina de once años, manejan al mas puro estilo Clint Eastwood en “La muerte tenía un precio”.

Escenas que hieren la sensibilidad de esta espectadora. Niña luchando con mafioso de igual a igual. Retransmisión en directo en la Red del asesinato de dos personas disfrazadas, y adolescentes disfrutando de lo que están viendo. Violencia de principio a fin. Con esta película Tarantino se nos ha quedado en anécdota.

Me dicen que este tipo de películas (tipo comics) hay que verlas desde otro prisma, y digo yo: ¿Que prisma hay que tener, para ver a una niña convertida en una máquina de matar o recibiendo una paliza monumental?. Yo veo lo que veo, me gusta o no me gusta. Esta película no me ha gustado, de los actores nada que decir, no tienen un guión que ellos puedan desarrollar. La auténtica protagonista es la violencia llevada al máximo. ¡Tarantino cuidado! que te estás quedando en aprendiz...

Estas pelis tienen un público, pero lo que yo vi ayer fue una sala vacía. Dicen que Hollywood tiembla por la falta de espectadores, y digo yo, que a lo mejor los espectadores estamos pidiendo todos unos cambios: Menos dinero y más imaginación. Cuéntennos historias bonitas, y viva la niña de ET.