Como es habitual, la ceremonia de entrega de los Premios Goya suele dar mucho que hablar por distintos motivos. En la presente edición, la número 24, además de por los modelitos que ha lucido la gente del cine nacional -no sé si se puede hablar de glamour o no-, los comentarios han llegado de la mano del éxito de "Celda 211" con 8 premios, el pactado y callado reencuentro entre Pedro Almodóvar y la Academia de Cine, el discurso serio/soso y reiterativo del Presidente Alex de la Iglesia, los dos mejores agradecimientos de la noche a cargo de Marta Etura y Alberto Amman, el momento emotivo con el Goya de Honor a Antonio Mercero, el logro del mayor share de la gala durante los últimos años -en consonancia con las buenas cifras del cine español en 2009 y con la retirada de la publicidad de TVE-, la presentación cansina o no por parte del humorista/presentador Andreu Buenafuente... No obstante, la noche de este domingo, 14 de Febrero, nos ha dejado un Goya cántabro.
Si bien eran 8 nominaciones las cosechadas por "Gordos", la segunda película del realizador Daniel Sánchez Arévalo se ha tenido que conformar con un solo galardón. Raúl Arévalo, que en su speech recordó a su idolatrada Maribel Verdú y al "clan familiar" formado por Daniel Sánchez Arévalo personal y profesionalmente hablando, se ha llevado el Goya al Mejor Actor de Reparto, eso sí dejando por tanto sin estatuilla a nuestro Antonio Resines. Por cierto, el actor, nominado por su papel en "Celda 211", fue uno de los protagonistas de la gala en varios momentos por su ubicación estratégica en el patio de butacas.