Esta excelente película parece que nos muestra los primeros movimientos organizativos en busca de la defensa de la propia identidad sexual en España en 1977, concretamente en Sevilla. Parece y es efectivamente lo que nos muestra, pero aun más importante es el viaje de aceptación y comprensión de su realidad de una madre, interpretada de manera antológica por la enorme actriz canaria Ana Wagener -ganadora del Goya a Mejor Actriz de Reparto por La voz dormida en 2011-. En Te estoy amando locamente interpreta a Remedios, 'Reme', una mujer viuda con un hijo de 16 años, Miguel, al que quiere encauzar por el camino en la vida que entiende que va a ser mejor para él, el de convertirse en abogado, pero Miguel, que está explorando su propia identidad sexual, quiere ser artista y presentarse a Gente Joven, aquel legendario programa de las matinales de los domingos en Televisión Española.
Estamos en la España de 1977 y un comportamiento sexual al margen de la normativa franco-católica estaba penado por la Ley sobre Peligrosidad Social, que había sustituido a otra ley franquista en 1970, la Ley de Vagos y Maleantes. Una de las muchas paradojas de los legisladores franquistas: se perseguía a homosexuales por el peligro que suponían en la sociedad, cuando el verdadero peligro residía en los que ostentaban el poder. Reme es una mujer que está acostumbrada a vivir a la sombra de los hombres -primero su marido, después el aprendiz que entró en su sastrería y ahora es el sastre titular-, siempre intentando baldear el agua en busca de lo mejor para los suyos y pensando que 'no significarse' ni política, ni social ni sexualmente era lo mejor para seguir adelante con relativo éxito. Lucha denodadamente en este sentido hasta que se da cuenta que ese camino no lleva a ninguna parte y, en un acto de catarsis, abriendo y fumándose un puro habano -el tabaco un elemento hoy maldito en la sociedad-, cambiar de estrategia y de manera activa proteger y apoyar las decisiones de su hijo.
Te estoy amando locamente, dirigida por el cineasta Alejandro Marín, emociona y conmociona. El que escribe estas líneas estuvo unos minutos con un nudo en la garganta que no le permitía articular palabra, mientras el corazón se sentía invadido por un cúmulo de sentimientos de difícil contención. Junto con Ana Wagener construyen sus personajes con mucho acierto Omar Banana (Veneno), Alba Flores (La casa de papel), Mari Paz Sayago (Carmina o revienta), las actrices 'queer' La Dani y Lola Buzón, y dos actores en permanente estado de gracia como son Jesús Carroza (Apagón) y Manolo Morón (Celda 211). La tremenda humanidad que destilan estos personajes, que luchan por intentar ser ellos mismos en una sociedad que no se lo permite, produce grandes emociones y la seguridad de que no puede volver una sociedad como aquella, ¿o sí?