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Crítica: "Y todos arderán", por Paco España

Filmin acaba de estrenar esta película de género fantástico de 2021. Cumple con la mayoría de los cánones de este tipo de películas, por lo que no defraudará a los amantes del género. Comienza con una mujer que está a punto de arrojarse desde un puente, cuando una niña, que no es tal y que aparenta salida del interior de la tierra, aparece y le dice 'Hola, mamá', al tiempo que hace acto de presencia una pareja de la Guardia Civil que experimenta un episodio de combustión espontánea. El espectáculo está servido.


La realización durante todo su metraje responde a lo que cabe esperar del género: picados y contra-picados al límite, subrayados sonoros en sombras que pasan o puertas que se cierran, iluminación diseñada al efecto en todo momento, además de contar con una magnífica actriz, Macarena Gómez (La piedad, Todos lo hacen), que está especialmente dotada para interpretar papeles en el género fantástico. La trama también está construida metiendo un poquito de todo: un pequeño esbozo de las consecuencias del cambio climático, algún episodio de violencia intrafamiliar... Se desarrolla en un pueblecito de la España profunda, probablemente de Castilla. Una oscura leyenda, que todos conocen, sobre dos niños que se cantaba en las nanas, sobrevuela el pueblo. Se vislumbran episodios de acoso relacionados con la Iglesia, que conforma uno de los núcleos principales de la trama, ocultando oscuros secretos del pasado sexuales y homosexuales. En el reparto también nos encontramos con Sofía García, una actriz con acondroplasia, que interpreta a la niña y está excelente en su papel en el que da mucho miedo; los estupendos actores Fernando Cayo (Invisibles, La punta del iceberg) y Ruben Ochandiano (Los abrazos rotos, Tapas); además de Rodolfo Sancho (El Ministerio del Tiempo), la mediática Ana Milán (Camera Café) y el veterano Saturnino García (Justino, un asesino de la tercera edad).


La película despliega una buena carga de ironía, pero tengo que reconocer que no fui capaz de conectar con la historia en ningún momento de sus dos horas de duración, y la ópera prima de este director (David Hebrero), aunque los diferentes reconocimientos que está recibiendo pueden hablar de su calidad, que evidentemente tiene, no logró quitarme la idea de que estaba delante de una pantalla, aunque es posible que esto obedezca a mis gustos personales mas que a la propia calidad intrínseca de una propuesta digna dentro del cine patrio en este género.