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Crítica: "Tori y Lokita", por Javier Collantes

Como un torrente, la realidad se hace, se transforma, te salpica y te inunda de verdades en todos sus conceptos. Cine social, cine intenso, cine sin concesiones a la galería. Todo un mosaico fílmico en cada una de sus escenas, cine necesario de ver, sin trucos que secundan el artificio. Una clase de cine que, sin cargar las tintas sentimentales, construye verdaderas historias, tan crudas... la vida. A este ejemplo corresponde Tori y Lokita, film atronador, total, incesante, tan sencillo en su esqueleto narrativo que sólo quedan palabras, hechos, sensaciones, sin caer en la lágrima fácil.


Así, los cineastas Jean-Pierre y Luc Dardenne nos ofrecen un relato espléndido en cuanto a fondo y forma, una toma de cine naturalista rodado por los directores de modo que que implica al espectador, sin caer en las redes del tono psicológico, sin caer en las redes del relato cinematográfico previsible y discursivo, un film desgarrador cuyos valores son muchos, desde muchos ángulos, tanto como el lenguaje cinematográfico, como el túnel áspero, oscuro, revelador, cine de ensamblar la ecuación sobre la cruda denuncia y las relaciones familiares. Tori y Lokita nos narra, en la Bélgica actual, como un niño y una adolescente, que llegan a Lieja procedentes de dos países del continente africano, se enfrentan, con su amistad, a las condiciones del exilio. Los traficantes de drogas, una pizzería, la opresión sexual, el terreno eclesiástico corrupto y el devenir de sus personajes principales nos dan otra visión de Europa, un cine con nervio, una cámara con fuerza, con dos actores no profesionales, dos refugiados en un continente, Europa, en la otra zona, al otro lado, de las personas con menos 'suerte'.


Los cimientos sociales, la emigración... son vistos y narrados a través de una cámara cuyos encuadres y textura presentan una sobresaliente fotografía, a lo que se añade una banda sonora apenas perceptible pero sí eficiente. Asombrosos protagonistas en sus papeles, diálogos, familia, amistad... Tori y Lokita contiene, en su metraje de apenas hora y media, tanto cine de calidad como los hermanos Dardenne siempre nos han mostrado, un film de alto nivel, sin ser pretencioso, una historia que nos deja sorprendidos, una gran película, la realidad supera a la ficción siempre, película que deja huella...