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Crítica: "Los perdonados", por Javier Collantes

Con las esencias de un paisaje, una sensación o unas miradas al horizonte, el séptimo arte construye, en determinados momentos, un encuadre en el que las historias se derivan a algo más que un simple tono de lugar(es ), es la distribución narrativa de historias que conmueven hasta su final. A este caso se corresponde Los perdonados, film que, con una de las grandes verdades del ser humano -el 'perdón'-, el cineasta John Michael McDonald nos ofrece un viaje físico y emocional a un paisaje de terrenos dignos de un punto poético, crudo y diferencial sobre el resto de otros relatos más domesticados, suaves y sin apenas fuerza. En Los perdonados, su ritmo narrativo y estilo hablan un lenguaje cinematográfico, la otra cara de un libro hecho imágenes.


La película nos presenta la historia de una pareja adinerada a punto del divorcio que viaja desde Inglaterra hasta Marruecos para asistir, invitados por unos amigos, a un fin de semana a todo lujo en un hogar de ensueño, en pleno desierto sahariano. Tras una comida, acompañada de demasiado alcohol, sucede un accidente, una muerte, toda una tragedia que cambiará el curso de las vidas de una pareja, en una profunda crisis, un fin de semana de impacto... Los perdonados se presenta con una dirección ajustada y notable, sin apenas grandilocuencia técnica, y una fotografía distinta, quizás liquida, con otras tonalidades en su textura, a lo que se une una banda sonora sin estridencias. Salvando las distancias, quizás por el recuerdo del entorno en el que se desarrolla la acción, y aun siendo distinto, ofrece ciertas reminiscencias a El cielo protector, de Bernardo Bertolucci. Los perdonados resulta un relato apasionante, elegante, sensual, sobre el destino de unos personajes que parecen estar en plena efervescencia de dos mundos distintos, Oriente y Occidente, hasta la llegada de un hecho que cambiará su entorno interior: unos sí, otros ajenos a la realidad.


Basada en la novela de Lawrence Osborne, la traducción rítmica a la imagen secuencial es exquisita. Con los elementos propios de la dureza que relata, la crítica social, sus diálogos y sus miradas, el film consigue transmitir la medida de la decadencia, la muerte, el encuentro entre el padre de un hijo fallecido y el autor del accidente que provocó su muerte, escenas que conmueven aun más bajo el prisma del desierto. Un excelente Ralph Fiennes y una magnífica Jessica Chastain confieren a este drama existencial unos registros de cine con mayúsculas, cine pausado, de ver, sentir y apreciar cada instante del devenir, de lo efímero de la vida, del cambio personal, seres humanos hacia la redención. Los perdonados, un notable film, ni más ni menos.