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Crítica: "El juego de las llaves", por Paco España

El juego de las llaves pretende ser una comedia original y desinhibida sexualmente, tanto en el comportamiento de sus personajes como en el lenguaje que utiliza, pero se queda muy lejos de ambos objetivos. El juego en el que se basa, en el que se ponen las llaves en un recipiente y otr@s jugadores/as las cogen al azar para saber quien es la persona con la que van a practicar sexo, no es nada original, ya que otras series y películas ya lo han tratado. Concretamente, en 1997, Ang Lee en su película La tormenta de hielo, con Sigouney Weaver y Kevin Kline, ya trataba este mismo tema en la época de la liberación sexual en la América de los años 70. Además, la desinhibición que se pretende mostrar en El jugo de la llaves no es tal. Esto lo muestra a la mil maravillas Paco León en su propuesta Kiki, el amor se hace, en la que nos cuenta unas historias que él como director y guionista cree, algo que no ocurre con la película que nos ocupa en la que tanto Vicente Villanueva como Marta Buchaca como guionista no creen en absoluto, poniendo uno tras otro una serie de clichés que carecen totalmente de interés, al menos para el que escribe estas líneas.


El homosexual que no sabe que lo es, el amor se juventud que no llegó a consumarse, el matrimonio cansado de la monotonía o el activo interrumpido siempre por sus hijos... además de ridiculizar a un personaje por su activismo en favor del maltrato medioambiental, o de la sanidad y la educación publicas, que, como el resto, carece de cualquier gracia, además de hacer gala de un conservadurismo, como la fidelidad dentro de la infidelidad, que no puede tener cabida en este tipo de ficciones. En el reparto aparecen Eva Ugarte (García y García), Fernando Guallar (Gente que viene y bah), María Castro (Pancho, el perro millonario), Tamar Novas (A 1000 kilómetros de la Navidad) y Miren Ibarguren (Operación Camarón), siendo éstos dos últimos los únicos que pueden sacar poco, muy poco de sus personajes.


Vicente Villanueva, el director de esta prescindible película producida por Atresmedia, tiene una brillantísima trayectoria como cortometrajista con excelentes trabajos como El futuro está en el porno, Mariquita con perro, Heterosexuales y casados, La rubia de Pinos Puente o Meeting with Sarah Jessica, calidad que no ha logrado reeditar aunque en largos como Toc, Toc o Sevillanas de Brooklyn mantiene un cierto nivel, algo que no ocurre con Lo contrario al amor o Nacida para ganar, títulos con los que El juego de las llaves se emparenta por la baja calidad de su historia y ausencia de gracia prácticamente total, aunque se quiera disfrazar de sofisticación a lo Eyes Wide Shut y su mansión del desenfreno en la parte final, que lo único que hace es acrecentar su mediocridad al homenajear a la obra maestra póstuma del genio del cine que fue Stanley Kubrick.