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La residencia cántabra de un Goya de Honor

Este lunes, 14 de enero, la Fiesta de Nominados de los XXXIII Premios Goya, galardones que se entregarán el próximo 2 de febrero en Sevilla, ha servido como telón de fondo, en el Teatro Real, para la concesión del Goya de Honor a Narciso ‘Chicho’ Ibáñez Serrador, cineasta sobre el que han manifestado su reconocimiento directores como Juan Antonio Bayona, Rodrigo Sorogoyen, Javier Fesser e Isaki Lacuesta.


Ibáñez Serrador (Montevideo, Uruguay, 1935), Goya de Honor, tiene un pasado cinematográfico vinculado a Cantabria con La residencia (1969), su ópera prima tras varios éxitos televisivos, una película basada en una historia de Juan Tebar cuyo rodaje, entre otras localizaciones, tuvo lugar en el Palacio de Sobrellano, escenario de sus exteriores fílmicos y motivo por el que ahora protagoniza la iniciativa Comillas está de cine.


>La señora Fourneur es la directora de una residencia para señoritas. Sus estrictos métodos no son del agrado de las alumnas; de hecho, tres se han fugado recientemente, sin que se haya vuelto a saber de ellas. Cuando Teresa llega al internado, pronto se entera de cuáles son las normas y del control que sobre las chicas ejerce Irene, una despiadada jovencita que se ha convertido en la predilecta de la directora. En el edificio también vive Luis, el hijo de la directora.


Huyendo de la sobreprotección de su madre, Luis se ve en secreto con una de las chicas. Además, suele espiar a las alumnas, pese a las reprimendas de su madre. Este argumento marca La residencia, una película de terror gótico claustrofóbico y morboso protagonizado por Lili Palmer, Cristina Galbó, John Moulder-Brown y Mary Maude que, además, fue el primer film nacional rodado en inglés del que existen, por otra parte, varias versiones en función de su distribución internacional.